Convertir un duelo entre un hombre y una máquina en un espectáculo no es algo nuevo. IBM estuvo años empeñada en lograr un superordenador que fuera capaz de batir a un humano y lo logró en el ajedrez. Su Deep Blue, un ingenio de 1,2 toneladas y muchos circuitos entrenados en parte por el campeón español Miguel Illescas y concebido solo para jugar al ajedrez, logró vencer en 1977 al entonces campeón mundial y mejor jugador de la historia, Gari Kasparov al segundo intento.

Ajedrecista y máquina se enfrentaron por primera vez en 1996. Entonces Deep Blue tenía la mitad de circuitos y Kasparov estaba en la cima de su carrera. Ambos se enfrentaron en varias partidas en el Convention Center de Filadelfia. Ganó el maestro ruso por 4-2, sin contar otras dos ocasiones en que quedaron en tablas. Y Kasparov evidenció que había sudado más que frente a Anatoli Karpov, su histórico rival, porque la máquina ni desfallecía ni pestañeaba. Un año después, el duelo se reeditó. Los dos grandes egos, el de IBM y el del campeón mundial, volvieron a medirse en mayo de 1997 en Nueva York. Y Deep Blue demostró no solo que había crecido en circuitos sino que había aprendido, y mucho. Tanto que Kasparov, habitualmente mal perdedor, llegó a cuestionar si no había tenido ayuda humana. Por primera vez, Deep Blue hacía algo más que calcular posibilidades y desbancar a su rival: llegó a rozar las artes de la estrategia. Según los maestros, la máquina jugó como lo hubiera hecho Karpov, y Kasparov cometió errores de bulto en la última partida, que ganó el superordenador en apenas 19 movimientos. H