Las parejas que intentan dejar de fumar al mismo tiempo y siguiendo unos hábitos comunes tienen seis veces más probabilidades de éxito que si lo pretenden de manera individual, según un estudio del Imperial College de Londres (Reino Unido) que fue presentado el viernes en el EuroPrevent 2019, un congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC, por sus siglas en inglés), en Lisboa (Portugal).

Tal como pone de relieve la investigación, renunciar al tabaco puede ser una actividad aisladora. Las personas se sienten excluidas, por ejemplo, cuando se saltan el descanso para fumar en el trabajo. Además de eso, hay síntomas de abstinencia de nicotina. «Las parejas pueden distraerse mutuamente de los antojos dando un paseo o yendo al cine y fomentando actividades alternativas al tabaco como comer alimentos saludables o meditar cuando están solas. No hay duda de que el apoyo activo funciona mejor», explica la autora del estudio, Magda Lampridou.

RIESGO A LA MITAD // La mitad de los pacientes coronarios fuman y el 90% de las personas con alto riesgo de enfermedad cardiovascular son fumadores. Las directrices de prevención cardiovascular de la ESC desaconsejan el tabaco en cualquier forma, y las personas que dejan de fumar generalmente reducen a la mitad su riesgo de enfermedades cardiovasculares. «Las intervenciones para dejar de fumar deberían incorporar a las parejas siempre que sea posible para lograr un hogar libre de humo», detalla.

El informe evaluó el papel de apoyo que las parejas casadas o que cohabitan podrían tener en el abandono del hábito de fumar. Reclutó a 222 fumadores que estaban en alto riesgo de enfermedad cardiovascular o que habían sufrido un ataque cardiaco. También se reclutaron sus parejas: 99 eran fumadores (45%), 40 exfumadores y 83 no fumadores.

CUATRO MODALIDADES // Los cónyuges asistieron a uno de cuatro programas de cardiología preventiva. Al principio, se les preguntó si fumaban actualmente, posibles antecedentes y los intentos previos de dejar de fumar. El estatus de fumador fue validado con una prueba de aliento de monóxido de carbono. Durante las 16 semanas que duró el estudio, a las parejas se les ofreció terapia de reemplazo de nicotina con parches y chicle. En una de las modalidades, los participantes pudieron elegir el medicamento recetado vareniclina.

Al final del programa, el 64% de los pacientes y el 75% de las parejas se abstuvieron, en comparación con ninguno y el 55% al principio, respectivamente. Así, tras la experiencia, la investigación concluyó que las probabilidades de dejar de fumar a las 16 semanas fueron significativamente mayores (unas 5,83 veces) en aquellas parejas que trataron de dejar de fumar juntos en comparación con los pacientes que lo intentaron solos.