Los Mossos han detenido a seis personas y han por desarticulado un grupo dedicado al tráfico de hachís, que desde Barcelona suministraba esta droga en España, Francia y Alemania. Cinco de los seis detenidos ya han ingresado en prisión.

En la operación policial también se han decomisado 1.200 kilos de hachís con un valor aproximado de 1.940.000 euros en el mercado ilícito, así como utensilios y material para comercializar la droga.

La investigación comenzó en septiembre de 2015, después de que la policía local de Sant Joan Despí interceptara un cargamento de 300 kilos de hachís en un control de tráfico, una operación que se saldó con la detención de un hombre de 37 años y de nacionalidad marroquí.

PROCEDENTE DE MARRUECOS

Los agentes hallaron indicios de la existencia de una infraestructura organizada que obtenía el hachís de Marruecos y que luego lo distribuía por España y otros países de la Unión Europea.

Tras posteriores pesquisas, el pasado 30 de enero interceptaron a dos transportistas, de 41 y 29 años y nacionalidad marroquí, cuando cubrían la ruta Cádiz-Barcelona con 160 kilos de hachís.

Estas detenciones permitieron abrir la línea de investigación que finalmente posibilitó la identificación de los máximos responsables de la red.

El pasado 16 de marzo tuvieron lugar registros en cuatro inmuebles de municipios del Baix Llobregat y Barcelonès. El dispositivo culminó con la detención de los tres principales responsables de la banda, con edades comprendidas entre los 22 y 28 años, y de nacionalidad marroquí.

Asimismo, en un local de Santa Coloma de Cervelló (Barcelona) se decomisaron 750 kilos de hachís, 70.000 euros en efectivo, un arma corta de fuego y diferentes armas prohibidas.

En este lugar de almacenamiento se hacía la distribución de la droga, principalmente por la provincia de Barcelona, y se disponían los contactos con distribuidores para introducirla en Alemania y Francia.

CONTACTOS DESDE UN BAR DE L'HOSPITALET

Los responsables son tres hermanos, dos de ellos ya encarcelados, uno de los cuales regentaba un bar en L'Hospitalet, lugar que se aprovechaba para facilitar los contactos entre el resto de personas que se encargaban de hacer toda la distribución y que participaban en el transporte.

Además, toda la familia disponía de una gran cantidad de teléfonos móviles y cambiaba frecuentemente las líneas de teléfono con el fin de ejecutar los delitos con impunidad.

Aunque la policía considera el grupo desmantelado, los Mossos no han descartado que se produzcan más detenciones en los próximos días.