Por fin, un halo de esperanza para los enfermos de cáncer de páncreas, uno de los más agresivos, ya que mueren el 95% de los diagnosticados. Investigadores españoles del Grupo de Oncología Experimental del Centro de Investigaciones Oncológicas (CNIO), liderados por el doctor Mariano Barbacid, han conseguido por primera vez que desaparezcan tumores de páncreas en ratones, lo que puede suponer un gran avance tanto en el abordaje como en el tratamiento de esta enfermedad tan agresiva. El hito se ha logrado a través de técnicas de manipulación genética y, entre otras acciones, todavía falta el paso de crear un fármaco que lo convierta en una realidad.

La curación del cáncer de páncreas se limita actualmente a aquellos casos en los que el tumor está localizado y puede ser eliminado quirúrgicamente, algo que sucede en menos del 10% de los pacientes. En España se producen 4.000 diagnósticos anuales. Es el cuarto cáncer en incidencia, pero el tercero en mortalidad, dado que solo el 5% de los enfermos sobreviven cinco años después del primer diagnóstico. Por todo ello, «urge encontrar tratamientos», reclamó ayer Marta Puyol, directora de investigación de la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), que financia parte de la investigación.

EL TRABAJO // En este difícil contexto, el trabajo titulado Regresión completa de los adenocarcinomas ductales pancreáticos avanzados tras la inhibición combinada de EGFR y C-RAF «abre nuevas puertas para que, algún día, se pueda hacer medicina personalizada» con los pacientes afectados, según destacó Barbacid, quien quiso aclarar a los enfermos actuales que, «desgraciadamente», las nuevas terapias «no les van a servir» porque, para que el estudio tenga aplicación en humanos, son necesarios al menos cinco años más de investigación. «No quiero generar falsas esperanzas», recalcó.

Aún así, los investigadores están muy satisfechos con los resultados, dado que la batalla contra otros tipos de cáncer va «ganando terreno», pero tanto la incidencia como la mortalidad del tumor de páncreas «sigue subiendo», según subrayó el jefe del servicio de oncología del hospital madrileño Ramón y Cajal, Alfredo Carrato.

El 95% de los tumores de páncreas tienen su origen en una mutación del oncogén KRAS. El problema es que todavía no se ha podido desarrollar un medicamento que inhiba este proceso, por lo que las investigaciones se centran en atacar las rutas que transforman las células, en este caso las dianas moleculares EGFR y C-RAF, según Barbacid.

Tras cinco años de muchas pruebas, el equipo investigador ha conseguido eliminar ambas dianas en la mitad de los ratones que han participado en el estudio y de forma sistémica, es decir, en todo su organismo. Por primera vez, se ha observado en animales manipulados genéticamente que el tumor no solo dejó de crecer, sino que desapareció.