El satélite TESS, el cazador de planetas de la NASA, inaugura el año de descubrimientos espaciales. Ayer, los responsables de la misión anunciaron el hallazgo de un lejano mundo del tamaño de la Tierra situado en la zona habitable de una estrella. Es decir, un cuerpo celeste similar a nuestro hogar que se encuentra a una distancia en la que podría haber agua líquida. El planeta protagonista de esta historia, bautizado como TOI 700 d, se sitúa en la constelación austral del Dorado, a unos 100 años luz de nosotros, mide un 20% más que nuestro planeta, tarda unos 37 días en completar su órbita y recibe de su estrella el 86% de la energía que el Sol proporciona a la Tierra.

Los primeros datos recopilados sobre este rincón del universo dibujaron un panorama muy diferente. Inicialmente, de hecho, se creía que la estrella anfitriona TOI 700 era muy similar a nuestro Sol. Pero ahora la misión TESS y el telescopio espacial Spitzer muestran que este astro es pequeño y frío. El cuerpo celeste cuenta con el 40% de la masa y el tamaño del Sol, y con la mitad de temperatura superficial. Y, lo más importante: a su alrededor se han identificado hasta tres mundos.