El desempleo de larga duración afecta a la salud mental de los trabajadores. Esta es la principal conclusión del estudio ¿El desempleo daña la salud mental? publicado por el Observatorio Social de La Caixa y realizado por Lidia Farré, profesora de la Universidad de Barcelona e investigadora asociada del IAE-CSIC, MOVE e IZA; Francesco Fasani, de la Queen Mary University of London, IZA y CEPR; y Hannes Mueller, investigador científico del IAE-CSIC y profesor de la Barcelona GSE y MOVE.

El informe cruza datos de la Encuesta de Población Activa y de la Encuesta Nacional de Salud de 2006 y 2011. Los autores han analizado con estos datos cómo el colapso del sector de la construcción en la última crisis económica afectó al empeoramiento de la salud mental de los trabajadores. Entre el 2006 y el 2011, cada vez que la tasa de desempleo en la construcción aumentaba 10 puntos porcentuales, los desórdenes mentales relatados por los trabajadores expulsados del sector crecían alrededor de 3 puntos porcentuales.

Concretamente, el desempleo en el sector de la construcción pasó del 6 al 24%, y, en el mismo periodo, el porcentaje estimado de trabajadores empleados anteriormente en la construcción que declararon haber tenido problemas mentales aumentó casi 6 puntos porcentuales.

Los síntomas más frecuentes entre las personas afectadas son estrés, sensación de inutilidad e incapacidad para concentrarse y reaccionar ante las adversidades. Estos problemas no los manifiestan únicamente los trabajadores de la construcción, sino también el conjunto de desempleados, quienes declaran más problemas mentales que los trabajadores.

El estudio señala también que la clave de la gran afectación del paro en la salud mental de los trabajadores sería su larga duración. En 2006, solo el 2 % de la población activa había estado en el paro más de dos años. En 2011, este grupo se había casi cuadruplicado hasta rozar el 8 %. Este hecho afectó especialmente al sector de la construcción. Los autores consideran que la crisis de la construcción ofrece una oportunidad única para identificar los efectos del paro de larga duración en la salud mental, ya que los trabajadores afectados se vieron obligados a apuntarse al paro independientemente de su estado de salud mental previo. En este sector, recuperar el empleo era muy complicado, ya que no había cerrado una empresa, sino prácticamente un sector entero, lo que propició el surgimiento y la consolidación de los problemas mentales.

Los autores concluyen que los problemas mentales provocados por el desempleo de larga duración podrían llegar a ralentizar la recuperación económica del país si una parte importante de la población experimenta esta situación.