La vieja máquina de escribir Olivetti de Víctor Mora ha dejado de teclear. El último adiós al escritor, traductor y guionista barcelonés, padre del Capitán Trueno, El Jabato y tantos otros inolvidables personajes de tebeo, reunió en Barcelona a varias decenas de familiares, amigos y admiradores en una ceremonia laica impregnada de espíritu republicano. Tristeza y lágrimas, pero también alguna sonrisa entre sus acólitos al recordar al maestro, en cuya despedida no han faltado algunos de los símbolos musicales que resumieron buena parte de su vida.

El himno de Riego, banda sonora de su infancia republicana y del primer exilio a Francia junto a sus padres, al término de la guerra civil, sonó en este viaje póstumo por la memoria.

Desde el atril de la ceremonia, Manuel de Cos, editor de Víctor Mora en Ediciones B, ha subrayado que se trataba de “un día triste”, pero ha querido recordar y la sensación de “afecto y cariño” que recibía por parte del guionista y de su mujer cada vez que los visitaba en su casa. Ayer era Armonía Rodríguez quien recibía el cariño y el consuelo de sus seres queridos. Entre ellos se hallaban el cantautor Paco Ibáñez y el dibujante Francisco Ibáñez.

El féretro de Mora fue despedido finalmente con todos los asistentes en pie, aplausos y las notas del himno La Internacional. H