Los Mossos han enviado al juzgado tres casos de niñas residentes en la comarca del Gironès a quienes les han practicado la ablación del clítoris. Tienen entre 7 y 14 años, pertenecen a familias de etnia subsahariana y dos de las menores son hermanas. En todos los casos fueron sus pediatras quienes dieron la alerta a la policía.

Además, a lo largo del año 2016 se detectó a dos niñas que viven en la provincia y que, según la investigación, corrían riesgo evidente de sufrir una ablación si marchaban a sus países de origen. De hecho, en uno de los casos el juzgado ha prohibido a los padres llevarse a la pequeña en África.

La subinspectora Rosa Negre admite que el protocolo específicopara luchar contra la mutilación genital femenina "es efectivo", y la prueba son los casos que se pueden pillar a tiempo. "Desgraciadamente, sin embargo, que se sigan detectando significa que aún está lejos el objetivo final, que es erradicar esta práctica", explica.

Desde el año 2002, las comarcas gerundenses cuentan con un protocolo para luchar contra los casos de mutilación genital femenina. Aunque en la provincia no hay constancia de que se hagan ablaciones, las etnias que la practican -todas subsaharianas- sí que aprovechan las vacaciones o un viaje al país de origen para, una vez allí, marcar a las niñas de por vida.

PENAS DE PRISIÓN

En estos casos, el Código Penal es categórico. La ley castiga la ablación con penas de entre 6 y 12 años de prisión. Y no solo persigue aquellas mutilaciones genitales que se realizan en España, sino también las que se llevan a cabo aprovechando un viaje a África.

Cada vez que se detecta un caso de riesgo se activa el protocolo. Entonces, van al unísono Mossos, Ensenyament, Salut, Serveis Socials y el resto de agentes que forman parte de la red. El objetivo es asegurar que las menores no serán mutiladas y convencer a sus padres para que abandonen la práctica.

El año pasado, en las comarcas gerundenses, los Mossos intervinieron en cinco casos de riesgo. Hacían referencia a niñas procedentes de Gambia, Mali y Senegal que tenían entre 4 y 14 años. De estos cinco casos, hubo tres en que se pudo disuadir a las familias. Pero en los otros dos hubo que proteger a las menores con medidas judiciales. De hecho, el juzgado prohibió a unos de los padres viajar con su hija a África.

Sin embargo, también hay casos en que se llega tarde y se descubre que las menores ya han sufrido la ablación. Entonces, el caso se envía directamente a los juzgados.

El año pasado, en las comarcas gerundenses, se detectó a tres niñas a quienes les habían mutilado el clítoris. Las tres viven en el Gironès y tienen entre 7 y 14 años. Sus padres proceden de Gambia. Dos de ellas son hermanas y la otra ha venido a vivir a Cataluña vía reagrupamiento familiar. En todos los casos, quien dio la alerta a la policía fueron los pediatras, que detectaron la mutilación durante una revisión médica. Ahora, la investigación deberá determinar en qué momento las menores sufrieron la ablación y si se puede aplicar el Código Penal contra sus progenitores.

La jefa de la URPAC (unidad regional de policía administrativa) admite que casos como estos, en que la ablación ya se ha llevado a cabo, les preocupan especialmente. Sin embargo, la subinspectora también subraya que, a día de hoy, la red de salud pública atiende y valora casos de chicas y mujeres mutiladas interesadas en la reconstrucción de los genitales. "Esto no deja de ser un punto de esperanza para estas personas", explica Rosa Negre.

LA MITAD DE LOS CASOS, EN GERONA

El año pasado, contando las situaciones de riesgo y aquellas en que la ablación ya se ha practicado, los Mossos intervinieron en Girona en ocho casos de mutilación genital femenina. Son más de la mitad de los que se detectaron en toda Cataluña (donde hubo 14).

La subinspectora Rosa Negre dice que esto tiene una doble lectura. Por un lado, que afloren casos es un reflejo de que "el protocolo funciona, lo que permite intervenir allí donde hay riesgo evidente". Pero, por otro, también supone que, por desgracia, todavía hay que seguir luchando para acabar con esta lacra social.

"La realidad se impone y nos demuestra que todavía estamos alejados de nuestro objetivo final, que es el de erradicar la práctica", subraya la jefa del URPAC. "El trabajo de prevención y el trabajo que realizan todos los agentes implicados en el protocolo es clave para poder hacer pedagogía y concienciar a las familias", insiste Negre.

Sin ir más lejos, el año pasado los mossos también hicieron seguimiento de tres menores que viajaron a sus países de origen y que en todos los casos volvieron íntegra. Precisamente, a la hora de combatir la ablación, una de las herramientas básicas con las que cuenta la red son las mesas de coordinación, donde están implicados ayuntamientos, consejos comarcales y varias 'conselleries' de la Generalitat.