La policía de Nueva York tiene desde el domingo por la noche en su custodia a un sospechoso del asesinato a sangre fría de un imán y su asistente en el barrio de Queens, un crimen cometido el sábado a plena luz del día, cuando las dos víctimas acababan de abandonar su mezquita, y que ha sacudido a la ciudad.

Aunque las autoridades aún no han confirmado oficialmente la detención varios medios locales han informado de ella y aseguran que el detenido, de 35 años, está siendo interrogado. Uno de esos medios, el Daily News, informa de que el arrestado es un hombre hispano y, citando fuentes policiales anónimas, apunta a la posibilidad de que el crimen sea un ajuste de cuentas. Según esas fuentes, las relaciones entre hispanos y musulmanes se han tensado recientemente en el vecindario de Ozone Park, donde se produjo el crimen el sábado, tras un supuesto ataque de un grupo de musulmanes a unos hispanos.

Varios medios locales también han hecho público el vídeo tomado por unas cámaras de seguridad en el que se recoge el momento del asesinato del imán Maulama Akonjee, de 55 años, y de su ayudante Thara Uddin, de 64. Los dos hombres, inmigrantes de Bangladesh, acababan de abandonar la mezqita Al-Furqan Jame Masjid y caminaban por la calle cuando el sospechoso se les acercó por la espalda y disparó a ambos a bocajarro en la parte de atrás de la cabeza. Luego se dio la vuelta y caminó tranquilamente hasta un coche. Según el Daily News ese vehículo atropelló después a un ciclista, que tomó la matrícula y avisó a la policía, y cuando el coche sospechoso estaba siendo vigilado chocó contra un vehículo policial no identificado, lo que llevó a la detención del sospechoso, del que también se había publicado un retrato robot.

Aunque el subinspector de la policía de Nueva York Henry Sautner declaró desde el primer momento que "no hay nada en la investigación preliminar que indique que fueron objetivo por su fe", la policía tomó el domingo la medida cautelar habitual de enviar agentes a vigilar todas las mezquitas en los cinco barrios de la ciudad. El Departamento también confirmó que su unidad especializada en crímenes de odio colabora en la investigación. Y en un comunicado, el alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, declaró el domingo que, "aunque aún no conocemos la motivación tras los asesinatos, sabemos que nuestras comunidades musulmanas están en la perpetua diana del odio. Sigue siendo crítico que trabajemos para reparar las divisiones que amenazan con minar la grandeza de nuestra ciudad y nuestro país", dijo.

El primer edil de Nueva York estaba apuntando indirectamente a quienes muchos señalan críticamente sin rodeos como responsable de la creciente ola de islamofobia en Estados Unidos: el aspirante republicano a la presidencia, Donald Trump, que ha propuesto unveto a la entrada de musulmanes en el país y que este lunes precisamente ofrece en Ohio un discurso sobre política exterior centrado en el combate del Estado Islámico en el que va a proponer realizar pruebas "ideológicas" a los solicitantes de visados.

Uno de quienes ha hecho el vínculo directo entre el discurso islamófobo de Trump y el crimen del sábado en Queens ha sido Zead Ramadan, presidente del capítulo neoyorquino del Consejo de Relaciones Islámico-Americanas, que en una manifestación pidiendo justicia por los asesinatos dijo: "Vivimos en una era en que una persona que se presenta al más alto cargo del país y puede ser la persona más poderosa del mundo patrocina el odio hacia musulmanes incluso en su propio país". Ramadan alertó de que "está multiplicándose este tipo de islamofobia y odio hacia los musulmanes", una afirmación que tiene base en cifras oficiales. El FBI tiene confirmados al menos 12,6 ataques islamófobos cada mes en EEUU, una cifra que se ha disparado en los últimos meses.

La campaña de Trump respondió el sábado con un comunicado en el que dijo que "culpar a cualquier candidato político por estos asesinatos es un intento muy irresponsable y obviamente políticamente motivado de impulsar una agenda. El señor Trump se opone al crimen y la violencia en cualquier forma", prosigue el texto, "y como presidente trabajará con las fuerzas del orden y líderes de la comunidad para crear un ambiente en que tragedias como esta no suceden nunca más".

Las relaciones entre la comunidad musulmana y las autoridades neoyorquinas tampoco es fácil. En 2011 una investigación de Associated Press demostró que, después de los atentados del 11-S, la policía puso en marcha un programa en el que estuvo espiando e infiltrando mezquitas y otros centros de reunión de musulmanes. Varios grupos de activistas fueron a los tribunales y la mayoría de los casos se han resuelto extrajudicialmente.