Tras más de cuatro años fugado, el pederasta Francisco Martorell, uno de los fugitivos más buscados de Europa, está por fin entre rejas. Agentes de la Policía Nacional y de los Mossos d’Esquadra detuvieron ayer en Palafrugell (Girona) a este hombre de 62 años que se encontraba huido de la justicia desde 2014, cuando fue condenado por la Audiencia de Barcelona a 15 años de prisión por agresiones sexuales continuadas a su hija.

El martirio empezó cuando la menor tenía siete años y finalizó ocho años después cuando confesó su drama a un psiquiatra, como consideró probado el tribunal.

El arrestado tenía una orden de detención e ingreso en prisión. Pero días antes de que se dictase la sentencia condenatoria, el hombre desapareció sin dejar rastro, por lo que se constituyó un equipo conjunto entre ambos cuerpos que abrió varias líneas de investigación, entre las que estaba la posibilidad de que el fugitivo estuviera residiendo en un país extranjero, en Centroamérica o Sudamérica.

Durante estos años, los agentes de ambos cuerpos han trabajado conjuntamente para poder detenerlo. Se encontraba viviendo en el domicilio de un familiar y las pocas veces que salía de casa lo hacía tapándose la cara con gafas, barba, bufanda y gorra.