Sesenta personas han sido detenidas en Málaga como supuestas integrantes de una organización criminal que realizaba estafas tras publicar falsas ofertas de trabajo de gigoló en páginas de contactos en internet, y sobre lo que hay una denuncia en Teruel.

Según las pesquisas, los perjudicados contactaban al teléfono que aparecía en los anuncios y acto seguido eran desviados a líneas de tarifa especial con el pretexto de confeccionar un perfil personal y, en otros casos, eran mantenidos en espera, según un comunicado de la Policía Nacional.

Los cabecillas presuntamente pertenecen a un clan familiar integrado por un hombre de 51 años y dos mujeres de 44 y 76 años, respectivamente, y el resto de los detenidos eran empleados de los anteriores y realizaban tareas de teleoperador y captación de víctimas en las páginas de contactos.

Los investigadores han estimado que las cantidades estafadas alcanzan los 2,5 millones de euros y han afirmado que los hechos son constitutivos de un delito de estafa continuada, blanqueo de capitales y pertenencia a grupo criminal.

Hasta la fecha han sido esclarecidas más de una treintena de denuncias en todo el territorio nacional, si bien el número de perjudicados podría ascender a cientos de personas, según los investigadores.

La investigación comenzó a raíz de un conjunto de denuncias formalizadas en diferentes puntos del territorio nacional -Málaga, Cádiz, Madrid, Toledo, Ciudad Real, Guadalajara y Teruel, entre otras provincias-.

Las falsas ofertas de empleo fueron insertadas en páginas de contactos en Internet, siendo los contenidos de los anuncios muy explícitos.

Al parecer buscaban a hombres dispuestos a mantener relaciones sexuales con mujeres a cambio de 300 euros por hora de trabajo o, en otros casos, para servir como chico de compañía en eventos sociales, siendo la retribución en este último supuesto de 200 ? por hora trabajada.

Una vez que los interesados llamaban al número de teléfono del anuncio al objeto de interesarse por el puesto de trabajo, eran desviados a líneas de servicio de tarificación adicional con el pretexto de confeccionar un perfil personal -constituyéndose el primero de los engaños-.

A continuación una teleoperadora informaba al interlocutor que, para que la llamada le saliera gratis, debía marcar un nuevo código -otra vez de tarificación especial-.

Así, mientras la primera llamada se mantenía en espera, la conversación continuaba en una segunda, configurándose de esta manera un nuevo engaño.

Según las investigaciones el importe medio de cada estafa ascendía a 500 euros por víctima.

Las pesquisas condujeron a los investigadores a un entramado societario que modificaba su estructura cada pocos meses al objeto de dificultar la labor policial.

La organización criminal operaba desde un inmueble del centro de Málaga capital, lugar donde estaba enclavado el denominado 'Call Center' -oficina donde los investigados realizaban tareas de teleoperador y captación de víctimas- y atendían los teléfonos 24 horas al día.

Durante un registro en el domicilio de los principales investigados los agentes se han incautado de un vehículo de alta gama y documentación diversa y se han intervenido varias cuentas bancarias vinculadas al parecer con el entramado societario configurado por esta organización criminal.