Los médicos se están enfrentando estos días a algunas decisiones que solo se habían imaginado en caso de guerra. Así de claro habla Juan, nombre inventado, como el de los otros dos doctores y la enfermera que aparecen en este reportaje. Los cuatro están luchando contra la pandemia en diferentes partes de España. Abordan el problema ético al que se están enfrentando en algunas comunidades con las ucis colapsadas: los recursos hospitalarios resultan insuficientes ante la alta demanda de enfermos. Comentan las recomendaciones que llegan de algunas instituciones que aconsejan priorizar a los pacientes con mayor esperanza de vida con calidad o algunos servicios, como el Sistema de Emergencias Medicas de Cataluña, que habla de limitar el esfuerzo terapéutico si el paciente tiene más de 80 años. El dilema moral les revuelve las entrañas cada día.

Los sanitarios han encajado este cambio de parámetros como han podido. La mayoría se desahoga con los compañeros en los descansos, en los chats de Whatsapp, en llamadas intempestivas. Nadie lo dice claramente, pero es como si estuviéramos en una guerra, afirma Juan, abrumado por la sensación de frustración que le asalta cuando vuelve a casa de una gran ciudad, ya sin ucis libres, cuya ubicación no quiere precisar.

Para María, enfermera de 45 años y con largo historial en cooperación internacional, lo que vio hace dos semanas en el Hospital Príncipe de Asturias de Alcalá de Henares (Madrdid), le despertó otro recuerdo reciente. En abril del año pasado, estaba ayudando a las víctimas del ciclón 'Idai' en Mozambique. Fue como un 'déjà vu'. Un hospital desbordado, lleno de gente. En vez de negros, blancos, cuenta por teléfono. Vi una situación jamás imaginable para un país como España, añade María, que ha estado en varios países en vías de desarrollo en las dos últimas décadas.

Ella trabaja en un equipo de emergencias y admite que, en estos momentos, si llegan a un domicilio con una persona de más de 80 años en una parada cardio-respiratoria que ellos no han presenciado, porque se ha producido minutos antes, no actúan. Y eso, hace un mes, no era así. Lo intentabas todo aunque sabías que había pocas posibilidades, pero lo intentabas! Es triste, pero es así porque no hay ucis para todos los que las necesitan. Esto es medicina de guerra. En las catástrofes tienes que triar. Y ese triaje es muy triste, explica. María no se siente cómoda hablando de este debate ético. No es que quiera que omitáis esta información, pero hace daño a los mayores, añade.

Otro médico, Roberto, se revuelve viendo, desde una comunidad del norte de España, que en Cataluña marcan un tope de edad y pide seguir analizando cada caso de manera individual, valorando personas y no enfermedades. Eso es lo que nos decían en la facultad, ¿no?, espeta.

Ayuda psicológica

Si tuviera que dar este mes alguna clase de ética no sabría qué decir a los alumnos, afirma Lucía, una veterana doctora de emergencias y también profesora, con más de 15 años a sus espaldas en las calles de una gran ciudad. Son momentos en los que tienes que pensar rápido. Yo hoy estoy bien, animada, porque estoy librando, pero me estoy preparando para mañana, que trabajo. Pasado estaré derrengada porque pensaré en todas esas decisiones que he tomado y en ese triaje que he hecho en segundos, explica por teléfono.

En general, los cuatro creen que debido a la rapidez de la expansión de la pandemia se están descargando en los doctores unas decisiones que deberían venir marcadas por las autoridades sanitarias de cada autonomía y no dejarlas para el último eslabón de la cadena.

Además, reclaman información de las ucis disponibles de cada zona para poder actuar correctamente y no perder el tiempo. Y Roberto da un ejemplo: en una urgencia domiciliaria, una persona necesita el respirador de la ambulancia y, cuando llega al hospital, ese equipo de emergencias ve que el centro no tiene ninguno libre para poder dar el cambio y que el vehículo de urgencias pueda seguir trabajando. La misma falta de información la han detectado en los hospitales, donde algunos doctores que están en planta han intubado a un paciente que después no ha tenido cama en la uci a la que ir. "Cuando todo esto acabe muchos vamos a necesitar ayuda psicológica. Ahora no tenemos tiempo para pensar en ello", se despide María antes de acostarse tras una noche en primera línea.