Ha dimitido la irlandesa Marie Collins, víctima de abusos sexuales durante su infancia, a quien el papa Francisco había nombrado miembro de la Comisión de Protección y Rehabilitación de los Menores, instituida en el 2014. Lo anunció ayer la misma comisión en un comunicado en el que se afirma que Collins lamenta «la frustración y la falta de cooperación de parte de otros organismos de la curia romana». La novedad de la comisión fue que, por primera vez, entre los 18 miembros había víctimas de abusos sexuales cometidos por religiosos. Ahora los miembros del grupo han descendido a 16, después de que el pasado año dimitiera Peter Saunders, víctima también de abusos cuando era adolescente.

La razón oficial aducida por Collins es la falta de colaboración con dicha comisión de los organismos de la curia o gobierno de la Santa Sede, principalmente de la Congregación para la Doctrina de la Fe, el ministerio vaticano que se ocupa de los abusos sexuales cometidos por clérigos. Todos los casos de abusos del mundo terminan en dicha congregación, en la que una comisión interna los analiza, decidiendo, al final, cómo proceder. Por cuanto se ha podido saber a lo largo de los años, cuando el agresor cuenta más de 80 años lo suelen desterrar en algún convento, mientras que la mayoría del resto de casos suele terminar con la reducción del pederasta al estado laico y, según sean las leyes de los países, con una denuncia a las autoridades civiles.

Collins explicó que cuando la comisión comenzó sus trabajos en marzo del 2014 quedó «impresionada» por el compromiso de sus colegas y por el «genuino deseo del papa Francisco de contar con una asistencia para hacer frente al tema de los abusos sexuales del clero». «Fue un gesto sincero», añadió.

Pero, la dimitida subraya que «a pesar de que el Papa haya aprobado todas las recomendaciones que ha recibido de la comisión, se han producido obstáculos constantes» que han sido «vergonzosos». Collins puntualiza que la congregación ha rechazado, por ejemplo, una petición decooperación respecto a un tema fundamental como es «la tutela de los menores». «Ha sido la gota que ha colmado el vaso», precisó. Sean O’Malley, cardenal de Boston y presidente de la citada comisión, explicó que el Papa había aceptado la dimisión de Collins «con un aprecio profundo por su trabajo».

Al instituir la comisión, Francisco estableció que entre sus objetivos estaba la propuesta de iniciativas para la tutela de los menores y también «promover la responsabilidad de las iglesias locales, uniendo sus esfuerzos a los de la Congregación para la Doctrina de la Fe, para la protección de todos los niños y adultos vulnerables», lo que según Collins no está funcionando. Ya Benedicto XVI autorizó que se destaparan todos los casos y envió a interventores a numerosos países, después de lo cual se destituyeron, en silencio, al menos dos docenas de obispos.