Los Mossos d'Esquadra han detenido a dos jóvenes acusados de apuñalar a un vigilante de Renfe en la estación de Sant Vicenç de Calders, después de que este les reprendiera por la actitud incívica que estaban mostrando a bordo del convoy. La agresiónse produjo pasadas las tres de la tarde de este jueves, cuando el vigilante les llamó la atención por estar causando desperfectos en el interior de un tren, momento en el que los jóvenes le agredieron con un arma blanca y emprendieron la huida. Las heridas no revistieron gravedad para la víctima, puesto que llevaba bajo la chaqueta un móvil que paró el golpe y evitó que la agresión tuviera peores consecuencias.

Tras recibir la alerta por parte de testigos presenciales, los Mossos acudieron al lugar y no tardaron en arrestar a los dos presuntos autores de la agresión en una calle cercana a la estación gracias a la colaboración ciudadana. Los dos arrestados son dos jóvenes, de 19 y 21 años y vecinos de L'Hospitalet de Llobregat y Gelida. Están acusados de los delitos de homicidio en grado de tentativa, daños, amenazas, atentado contra la autoridad y resistencia grave a agentes de autoridad.

DENUNCIA

La agresión de este jueves no es un hecho aislado, según denuncia el Sindicato Profesional de Seguridad Privada (SPS), que ha reiterado las constantes reclamaciones que ha realizado a Ombuds, una de las cuatro empresas responsables de brindar el servicio de seguridad en Rodalies. El sindicato viene acusando el incremento de la conflictividad que se está registrando en la red de ferrocarriles, con especial incidencia en la línea R-2 Sur, en el tramo comprendido entre las estaciones de Bellvitge y de Sant Vicenç de Calders.

El SPS alerta de que el grueso de incidencias se registran mayoritariamente por la noche en estaciones como la de Bellvitge, "donde las amenazas, insultos y agresiones" a los miembros de seguridad "pone en peligro la integridad física y psíquica" de los vigilantes que operan en esta parada, hasta crear una situación del todo "insostenible". En concreto, se apunta como principales responsables de los conflictos a "grupos de grafiteros", que campan a sus anchas ante la ausencia de acciones preventivas para velar por la seguridad de los trabajadores.

INCIDENCIAS

El sindicato remarca que no se trata de un hecho aislado, dado que la conflictividad aumenta en aquellas paradas ferroviarias en las que hay un solo miembro de seguridad, como las de Bellvitge, El Prat, Castelldefels y Sitges, donde el vigilante se encuentra a menudo "desbordado a la hora de realizar sus funciones", ante el incremento de "la afluencia de viajeros, las constantes incidencias en el servicio, el aumento de la delincuencia y la cada vez mayor falta de respeto a la autoridad".

Fuentes de Renfe apelan al "escrupuloso cumplimiento de la normativa" en cuanto al despliegue de efectivos de seguridad, si bien coinciden en la existencia de grupos conflictivos que, en no pocos casos, están relacionados con grafiteros. No obstante, discrepan en que sus actos incívicos se puedan circunscribir a estaciones concretas, ni siquiera a la red de transporte, puesto que "también realizan pintadas en numerosos espacios públicos, donde también pueden mostrar una actitud violenta", por lo que lo consideran un "problema de orden público".

Las denuncias sindicales se han dirigido a Ombuds durante los últimos meses para hacerles ver el aumento de la violencia en estaciones como la de Sant Vicenç de Calders, donde se acusa a estos grafiteros como principales responsables de "amenazar al maquinista apedrear, agredir e incluso interrumpir la circulación de trenes para realizar sus actividades delictivas".