Dos nuevos pequeños focos, contenidos en zonas rodeadas de cultivos y sin mayor continuidad, retrasaron ayer la extinción del incendio de la Ribera d’Ebre, en Tarragona, que desde la noche del domingo está controlado tras afectar un total de 5.046 hectáreas, según el recuento provisional de los agentes rurales.

El 49% de la superficie arrasada por las llamas es zona arbolada, el 30% con matorrales, el 18% con cultivos y el 1% con pastos. El incendio ha afectado a ocho municipios, sobre todo Flix (Tarragona), con 3.073 hectáreas, y los de Vinebre (Tarragona, con 624) y Maials (Lleida, con 573) y es, junto con el de Almorox (Toledo) el pasado viernes, el mayor de los propagados la semana pasada.

Las llamas del incendio de Toledo --controlado, pero no extinguido-- han quemado 3.300 hectáreas. Según los bomberos, la combinación de altas temperaturas, la escasa humedad y la fuerza del viento dificultaron la extinción. Aunque el fuego se originó en territorio castellano-manchego (donde prendieron 800 hectáreas), terminó afectando más a las localidades madrileñas de Cenicientos, Las Rozas de Puerto Real y Cadalso de los Vidrios (2.500 hectáreas).

39.000 hectáreas // Según los datos de Agricultura, el fuego ha quemado en toda España 38.544 hectáreas, más del triple que en en el mismo periodo del año anterior. Las cifras incluyen los datos hasta el 23 de junio: es decir, no contemplan el terreno devastado en las comarcas catalanas del Ebro, Toledo y Ávila.