El mundo de la música tradicional de la Comunitat Valenciana está de luto. Se ha ido uno de sus principales valedores, un grande de este sector cultural. Pascual Juan Rochera murió a última hora de la tarde del miércoles, pero las melodías que sacaba de la dolçaina permanecerán como muestra del amor hacia un instrumento tan autóctono y de la música en general.

Pasqualet de Vila-real, como le conocían a lo largo y ancho de la Comunitat --en su ciudad, su mote era Grenya--, nació en 1937 y fue a la escuela hasta los 11 años. El fallecimiento de su padre le obligó a ponerse a trabajar para ayudar al sustento de su familia. Mucho se ha escrito de su vida y trayectoria. Y así lo han hecho, por ejemplo, los directores de Xarxa Teatre, Nel·lo Vilanova y Leandre Escamilla, quienes compartieron trabajo y amistad con Pasqualet durante los 24 años en que estuvo ligado a la compañía vila-realense.

Precisamente, Vilanova expresó a Mediterráneo la voluntad de «organizarle un gran homenaje en cuanto sea posible y acaben todas las limitaciones originadas por la pandemia del coronavirus». Será un reconocimiento surgido desde la sociedad civil y de quienes le querían y valoraban su contribución al mundo de la cultura valenciana. Y con toda seguridad, no serán pocos los dolçainers y músicos en general que se sumarán a este tributo público, procedentes de la inmensa mayoría de municipios de Alicante, Valencia y Castellón. De hecho, y según avanzó Escamilla, el próximo mes de mayo estaba previsto que Pascual Juan Rochera recibiera un homenaje en la localidad alicantina de Petrer, a cargo de la Colla de Dol-çainers i Tabaleters el Terròs.

«Ha sido un golpe muy duro para todos quienes le conocíamos», señaló ayer a este rotativo el director de la colla petrerense, Eliseu Garcia, quien destacó que el vila-realense «marcó un antes y un después en la manera de concebir la dolçaina en una vertiente diferente a la tradicional y vinculándola, por ejemplo, con el swing».

Condolencias

Las condolencias por el fallecimiento de Pasqualet llegaron desde los más diversos lugares, empezando por las del propio Ayuntamiento de Vila-real, pasando por la Federació Valenciana de Dolçainers i Tabaleters --que le homenajeó ayer mismo colgando en su muro de Facebook una recopilación de piezas interpretadas por él--, o por los consistorios de localidades como Morella, l’Alcora o Borriol, sin obviar su estimada banda de la Lira y Xarxa Teatre.