El Ministerio de Educación ha dado marcha atrás en uno de los puntos más polémicos de la ley orgánica para la mejora de la calidad educativa (LOMCE). Ha sido a propósito de las pruebas externas de Primaria, que todos los estudiantes españoles de sexto curso deberían realizar el próximo mayo, y cuyos resultados, según ha decidido ahora el departamento que dirige Íñigo Méndez de Vigo, no se harán públicos fuera de la comunidad educativa. Eso significa que, a diferencia de lo previsto inicialmente en la ley diseñada por José Ignacio Wert, no se podrán confeccionar clasificaciones de colegios según las notas obtenidas por sus alumnos.

La rectificación la publicó ayer el Boletín Oficial del Estado (BOE), en una orden en la que el ministerio regula cómo serán estas pruebas de sexto de Primaria.

Educación atiende, con esta medida, una petición hecha desde hace tiempo por la comunidad educativa en su conjunto y, especialmente, por los padres de los alumnos, que habían reclamado al Consejo Escolar del Estado que se pusieran límites” a la información que se obtenga de la prueba final de primaria para que “no sea usada en ningún caso para hacer clasificaciones de centros”.

La resolución publicada en el BOE prevé, en el último punto de su articulado, una prohibición a la publicación de notas. H