La precariedad laboral y la ausencia de una sanidad universal en EEUU contribuyen a convertir el país en terreno abonado para el coronavirus, ya presente en 49 de los 50 estados. Y ha sido precisamente el covid-19 lo que ha logrado lo cada vez más inusual en el polarizado Washington: un acuerdo entre republicanos y demócratas para reforzar las prestaciones sociales, al menos parcialmente, durante esta crisis.

Ayer de madrugada, la Cámara baja del Congreso aprobó una normativa que destinará decenas de millones a garantizar pruebas de coronavirus gratis, cubrir algunas bajas, reforzar el seguro de desempleo y aumentar la asistencia sanitaria para los ciudadanos de más bajos ingresos y la alimentaria para mujeres, niños y mayores. Se ayudará también con un crédito fiscal a las pymes que deban afrontar estos gastos. El Senado votará a partir del mañana.

Horas después, Donald Trump informó en Twitter de su «total apoyo» a la normativa, aprobada con 363 votos y el rechazo de 40 conservadores. El presidente aseguró que seguía sus directrices, pero fue la negociación entre su secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, y la presidenta de la Cámara baja, la demócrata Nancy Pelosi, la que logró el consenso.

En una aparición por sorpresa ante los medios, Trump solo dio las gracias a Mnuchin. En esa rueda de prensa, Trump avanzó que se amplían al Reino Unido e Irlanda las restricciones de viaje ya impuestas a los países europeos de la zona Schengen, medida que entrará en vigor mañana. Asimismo, el presidente, que el fin de semana pasado estuvo en contacto con al menos tres infectados, informó de que ya se había realizado la prueba, aunque aún no ha compartido los resultados.

Una vez que Trump firme la ley, se expandirá la red de protección social, aunque de momento legalmente solo para el 20% de los trabajadores. Algunas empresas deberán dar baja de enfermedad de 14 días remunerada a no menos de dos terceras partes del salario a los empleados en cuarentena o que deban ser tratados, a los que tengan que cuidar a un pariente contagiado y a quienes deban cuidar a un niño cuya escuela o guardería haya cerrado.

También mejoran las bajas médicas de hasta 12 semanas que se aplican en algunas empresas de menos de 500 empleados, que garantizan el puesto de trabajo pero no dan remuneración. Durante un año, los afectados podrán tomarse esas bajas cobrando dos terceras partes del salario.

Además, se reparten fondos a los estados para pagar más seguros de desempleo; se destinan más millones a programas de nutrición para mujeres, niños y mayores y se sube un 6,2% el porcentaje del gasto en Medicaid (sanidad para los más pobres).