El periodo actual que vivimos está sufriendo modificaciones respecto a la crianza y a la educación que se les da a los niños. Tanto en el colegio, con los diferentes modelos educativos, como dentro de casa, nos encontramos en un periodo de transición donde frecuentemente tenemos dudas de si lo estaremos haciendo bien como padres y madres. La forma que teníamos de castigar está cambiando, se está dando más valor a lo positivo como forma de extinguir aquello que no nos gusta y se están premiando aquellas conductas que queremos que se repitan o aumenten. Pero no solo en premios o castigos debemos basarnos a la hora de educar. Una forma alternativa es la que ofrece el 'modelado', el actuar de modelo o de ejemplo para los niños. No es una forma nueva, ya que está unido a nosotros desde siempre, por la imitación que realizan las neuronas espejo, pero sí es ahora donde se intenta aplica en los colegios y en los hogares.

El modelado consiste en, tanto en momento puntuales como de forma regular, actuar como ejemplos de comportamientos. Es especialmente útil en aquellos momentos en los que queremos otorgar valores o normas de convivencia y, especialmente, cuando les enseñamos a conectar con los demás desde la empatía. Cuando los niños son pequeños, los padres son las principales figuras que sirven de ejemplo, pero no las únicas.

CONSEJOS

Nuestra forma de estructurar el mundo acaba siendo muy verbal. Nuestro cerebro almacena frases y afirmaciones que se graban y que conforman todo nuestro universo. Pero no es la única forma. De hecho, en los niños, es todo mucho más visual y la forma de interiorizar es a través de imágenes. La imagen más clara de comportamiento y de actuación se la dan los propios padres dentro del hogar, un modelo de educación válido y eficaz.

El 'modelado' supone la mejor forma de educar a un niño, no por su efectividad, sino por su facilidad a la hora de trabajarlo en casa. Con los siguientes consejos podremos realizarlos correctamente:

1. Afecto y amor

Los niños saben querer y tratar bien a los demás cuando ellos mismos son tratados correctamente. La afectividad se enseña a través de modelos de amor y comprensión que vemos en casa, tanto en la relación con los niños como con nuestra pareja o familiares.

2. Valores

Cada persona cuenta con una serie de valores que guían su camino. ¿Cuáles son los tuyos y aquellos que quieres que tus hijos tengan? Escoge varios de ellos y busca la mejor forma de irlos aplicando en el día a día para que los pequeños te vean. Si, por ejemplo, un valor es la solidaridad, realizar actos altruistas te ayudará.

3. Compasión

La voz que escuchamos en nuestra cabeza tiende a posicionarse en dos formas. O bien escuchamos una voz crítica o bien una voz victimista. Sin embargo, la mejor opción la ofrece una tercera forma de voz, algo que ya de adultos tenemos que aprender a hacer y que en los niños también se debe educar: la voz compasiva. No es la voz que todo lo permite o que no se responsabiliza, sino la voz que tiene cariño y paciencia con los demás y con uno mismo.

4. Cometer errores

Los niños aprenden rápidamente modelos perfeccionistas y de autoexigencia. Aunque parezca que es algo que obtienen solos, realmente lo han visto en nosotros, en nuestra poca tolerancia a la frustración, en la forma que tenemos de castigarnos por los errores o en querer disimular que a veces fallamos. Somos humanos, también erramos, y eso debemos enseñárselo.

Educar a nuestros hijos parte de saber qué queremos transmitir y una buena forma de hacerlo. Una alternativa cada vez más extendida es la del 'modelado', actuar de ejemplo, sin pretender ser perfecto, sino humanos compasivos y educados en valores.

* Ángel Rull, psicólogo.