Y a partir de ahora, ¿Podré volver a correr? ¿Cómo controlaré el límite de mi esfuerzo en las excursiones a la montaña o en mis relaciones sexuales?

Son incertidumbres comprensibles para alguien que ha sufrido un accidente isquémico (cuando el flujo sanguíneo no alcanza alguna zona del cerebro durante un breve período de tiempo), un infarto de miocardio o cualquier anomalía en su corazón. También para un paciente con un 'bypass' coronario, una nueva ruta de flujo sanguíneo para salvar el obstáculo de una arteria obstruida o enferma. El miedo a retomar la autonomía diaria y las actividades que se hacían antes de la detección de una enfermedad cardiaca es una de las grandes secuelas a tratar en los programas de rehabilitación que diversos hospitales han desarrollado para acompañar la recuperación y refortalecimiento de pacientes de asistencia coronaria.

«Existe aún una idea antigua que lleva a muchos pacientes a hacer vida sedentaria tras un episodio del corazón. Sin embargo, sabemos que el ejercicio físico mejora la calidad de vida y la capacidad de esfuerzo y, por tanto, mejora el pronóstico de la enfermedad de base», precisa la cardióloga que coordina la unidad de rehabilitación cardiaca del Hospital del Mar, Sonia Ruiz. En este centro, desde el 2008 cuentan con un programa protocolarizado dirigido a pacientes de cualquier patología coronaria, aunque el mayor porcentaje de atendidos en el programa son personas que han sufrido un infarto. «La gran importancia del programa es controlar los factores de riesgo que se pueden reducir casi a la mitad», expone la doctora Ruiz. «Después de seguir el programa de rehabilitación, en nuestra experiencia, del 10% de riesgo de reingreso de los pacientes en un año no llega al 1%», añade la cardióloga.

PROGRAMA HOLÍSTICO

«El programa es muy amplio, totalmente holístico. No es simplemente hacer ejercicio», apunta Sonia Ruiz desde el Hospital del Mar. «Comprende todas las acciones que en el día a día del paciente van a mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de otro episodio coronario», puntualiza.

«Son las pautas para un cambio de estilo de vida», apunta Eulogio Pleguezuelos, responsable del Servicio de Medicina Física y Rehabilitación del Hospital de Mataró. En este centro del Consorci Sanitari del Maresme siguen el programa de rehabilitación cardiaca unos 200 pacientes al año de una media de edad de entre los 50 y los 55 años. En los 15 años que llevan aplicando su programa de rehabilitación han podido constatar que la mortalidad de los pacientes que han sufrido un episodio cardiovascular o tienen una enfermedad del corazón baja hasta un 31% en las personas que participan del programa. Y el riesgo de sufrir un segundo infarto baja del 28% al 10%.

Los servicios de cardiología y rehabilitación integran la atención a los pacientes que siguen el programa que, según afirma el doctor Pleguezuelos, son tan solo entre un 2% y un 3% de los que podrían beneficiarse de él». Lo explica, «por un desconocimiento de la existencia y resultados de estos programas de rehabilitación por parte de los propios profesionales de la medicina», indica. También de la gran herramienta que supone para el manejo de la propia recuperación y prevención de nuevos episodios por el propio paciente.

PROTOCOLO Y CONTENIDO

«Una vez el cardiólogo deriva desde consultas u hospitalizacion al paciente, le hacemos una exploración física», explica el doctor Pleguezuelos. Consiste en una prueba de esfuerzo con gases en la que se mide el riesgo de otro infarto de manera que se puede así establecer el ejercicio óptimo para la recuperación del paciente. «Estará basado en los vatios de trabajo y frecuencia cardiaca», especifica el especialista. El plan dura entre 8 y 14 sesiones. «En él es básico explicar bien los beneficios de cada pauta indicada. El paciente llega siempre con miedo y conocer la importancia de moverse para la salud ya cambia su perspectiva».

«La idea es que todo lo aprendido en las sesiones, el paciente lo continúe haciendo solo o con otros pacientes. Al trabajar el programa en sesiones grupales, el factor de socialización también juega su papel. Muchos organizan caminatas y actividades juntos», explica desde el Hospital de Sant Pau Jesús Álvarez, responsable del programa de rehabilitación cardíaca de este centro de salud barcelonés donde desde la década de los años 60 ya trabajan la rehabilitación del paciente de afectaciones coronarias. «Pasados unos meses después de haber seguido el programa, se cita al paciente para comprobar el grado de adherencia a los hábitos y ejercicio físico pautado, desde dieta a movimientos y esfuerzo», añade Álvarez.

Depresión y disfunción erectil también pueden acompañar al paciente que ha sufrido una enfermedad del corazón. De ahí que en las sesiones grupales e individuales de los programas de rehabilitación cardiaca también sean temas que se trabajan. El objetivo es empoderar al paciente en el manejo de su ansiedad y sus rutinas, reaprender a comer equilibradamente y perder el miedo a llevar una vida sin otro límite que la intensidad que marquen el cardiólogo y el sentido común.