El Virus del Papiloma Humano (VPH) es la Infección de Transmisión Sexual (ITS) más frecuente y la vacunación es la mejor manera de prevenirla. El VPH es la causa de varios cánceres y de la aparición de condilomas, que afectan mucho a la calidad de vida.

Antes de que la Covid-19 copara la preocupación del mundo en asuntos de salud, la OMS alertaba sobre el aumento de la incidencia de otro tipo de infecciones, las de transmisión sexual. Cada día se registra cerca de un millón de nuevos casos. En España, los últimos datos de la Red Nacional de Vigilancia Epidemiológica confirman la tendencia creciente que se observa desde el año 2000. “Se estima que se produce un incremento anual de un 20-25%, que es una barbaridad”, asegura el doctor Jesús de la Fuente.

-¿Cuáles son los factores que intervienen en esta alta incidencia?

Primero, que muchas de estas infecciones son asintomáticas por lo que se puede estar infectado y seguir manteniendo relaciones sin las debidas precauciones. Pero fundamentalmente es porque se ha dejado de utilizar el preservativo o se utiliza mal. En España su uso generalizado se produjo cuando el Sida empezó a hacer estragos y se popularizó la campaña del ‘Póntelo, pónselo’. Hoy se ha perdido el miedo, no hay esa percepción de riesgo. Una encuesta de la Sociedad Española de Contracepción entre jóvenes de entre 16 y 25 años dice que solo el 50% usa el preservativo pero, de esos, el 23% no lo usa siempre.

-La ITS más frecuente es el Virus del Papiloma Humano (VPH). ¿Le damos la importancia que merece?

Curiosamente, es la más frecuente y la menos conocida. Es una infección que en la mayoría de los casos suele pasar desapercibida y por eso está tan extendida: los estudios científicos dicen que el 80% de las personas sexualmente activas se contagiarán en algún momento. Pero desde la práctica diaria y saliéndome de la ciencia, siempre digo que es el 100%: toda persona que haya tenido, tenga o vaya a tener relaciones sexuales entrará en contacto con el VPH. Y sin embargo es un virus del que se habla poco.

-A pesar de que es responsable de varios tipos de cáncer...

Es el causante de prácticamente el 100% de los cánceres de cuello de útero, que es el más frecuente en las mujeres de entre 15 y 44 años. Con lo que eso implica, primero porque se juegan la vida ya que es un cáncer muy letal, y segundo, porque si sobreviven se pierde toda opción de embarazo. También es el causante de más del 80% de los casos de cáncer de ano y orofaringe y, en menor medida, de vagina, vulva y pene. Pero los grandes caballos de batalla son el de cérvix, ano y orofaringe y, de ellos, solo tenemos opción de detección precoz en el de cérvix a través de los cribados periódicos. Por eso es especialmente importante el tema de las vacunas.

-Otra consecuencia muy común de este virus son las verrugas genitales o condilomas. ¿Qué son?

Son proliferaciones que tienen una morfología típica en forma de pequeñas coliflores o crestas de gallo. Los condilomas pueden asentarse en cualquier sitio que tenga contacto durante una relación sexual y esto es la clave, porque el preservativo deja sin proteger muchas zonas como pubis, escroto, vulva, labios vaginales…

¿Cómo afectan a quien lo sufre?

Los condilomas no pican, no duelen, pero, si tienen un tamaño considerable, causan molestias porque pueden engancharse con la ropa interior, pueden sangrar, oler y condicionan mucho la autoestima y la vida sexual. Las verrugas genitales estigmatizan y afectan mucho emocionalmente. La mujer se siente poco deseable, su imagen corporal se deteriora y disminuye la frecuencia y la espontaneidad de las relaciones sexuales. Cuando a la paciente le dices que tienen esto, primero se enfadan, luego tienen pensamientos depresivos, vergüenza por el estigma de las ITS, ansiedad por la incertidumbre y el miedo al cáncer, y también aparece la culpa, a pesar de que a diferencia de otras ITS no implica comportamientos sexuales de riesgo.

¿Cómo se puede prevenir el VPH?

Abstenerse de tener relaciones sexuales o tenerlas siendo monógamo, es decir, solo entre los dos miembros de la pareja desde siempre y para siempre es la mejor manera de prevención pero, obviamente, no es realista. El preservativo ayuda pero tampoco lo evita del todo porque no cubre todas las zonas de contacto. Por lo tanto, la mejor medida es la vacunación, sin ninguna duda. Idealmente, antes de tener ninguna relación sexual. Hay muchas evidencias de que las estrategias de vacunación sistematizadas están funcionando. Se lleva vacunando ya desde 2008 y ha habido tiempo de recabar datos y son abrumadores. Se ha demostrado que reduce las distintas consecuencias del virus: las verrugas genitales, demostrado; las lesiones premalignas, demostrado; y hace poco se publicó un artículo sueco que demostraba que también estaban disminuyendo de manera drástica los casos de cáncer de cérvix.

¿Esta vacuna está incluida en el calendario vacunal?

Sí, a los 12 años se les pone a las niñas de manera sistemática. La siguiente lucha es que se incluya también a los niños. La vacunación empezó para tratar de prevenir el cáncer de cérvix, y cuando hablamos del VPH casi siempre hablamos exclusivamente de esa posible consecuencia. El resultado es que las autoridades sanitarias sólo escuchan que esto vale para prevenir el cáncer de cuello de útero, algo que los varones no tienen, entonces para qué, te dicen. Debemos cambiar el mensaje, tenemos que decir que la vacunación en varones también es beneficiosa, porque el VPH no sólo produce cáncer de cuello.

¿Las estrategias de vacunación tienen presentes los condilomas o sólo se centran en la prevención de la enfermedad oncológica?

De las tres vacunas que hay, solo dos actúan frente al VPH 6 y VPH 11, que son los que producen la mayoría de los condilomas, y en muchas comunidades están poniendo la otra. Desde el punto de vista de salud pública, el objetivo es únicamente el cáncer de cérvix y no tienen en cuenta los condilomas y su impacto en la calidad de vida. No contemplan el gasto mayor que supone poner una vacuna mejor, pero no estoy de acuerdo con esta estrategia porque puedes tener en cuenta el gasto pero sin ignorar el resultado y porque tampoco creo que haya tanta diferencia. Pero hasta que no cambiemos el mensaje, costará trabajo conseguirlo.