España no solo no contiene las emisiones de gases de efecto invernadero sino que registra incrementos récord. El año pasado contabilizó el mayor aumento interanual desde el año 2002, tres años antes de que entrara en vigor el protocolo de Kioto. Las toneladas de CO2 lanzadas la atmósfera subieron un 4,46%, según el informe hecho público ayer por el sindicato CCOO.

El fuerte repunte obecede, según los expertos de la fuerza sindical, a la sequía, que dejó en mínimos la producción de energía hidráulica, y a la recuperación económica. Pero ambos factores no hubieran conllevado un aumento de las emisiones si se hubiera tomado «medidas estructurales» de cambio de modelo productivo y no se hubiera «frenado desde el año 2012 la expansión de las energías renovables».

Los nuevos datos sitúan a España como uno de los países europeos que menos contribuyen a luchar contra el cambio climático y ponen en riesgo el cumplimiento a medio plazo de los compromisos contraídos con Europa. «Mientras otros grandes países europeos reducen cada año sus emisiones, España va en la dirección contraria», afirmó Begoña María Tomé, responsable del Área de Cambio Climático y Energía del Instituto Sindical de Trabajo, Ambiente y Salud, ISTAS-CCOO.