El Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses documentó ayer en Canarias el primer caso en España de muerte por escopolamina, la popular burundanga, la droga que supuestamente emplean algunos delincuentes para lograr la sumisión total de la persona a la que se administra el estupefaciente.

La víctima fue un famoso empresario belga, Philippe Vandendorpe, que, en compañía de cuatro amigos, fueron a cenar al local de ocio nocturno Red Hot, al sur de Gran Canaria. Los hechos ocurrieron el 24 de febrero de 2015.

Días después, el 1 de marzo, la policía detuvo a dos prostitutas, acusadas de un presunto delito de homicidio. Pese a hacer más de dos años del suceso, la presencia de la burundanga no ha tenido confirmación oficial hasta ahora.