Las campañas electorales obran milagros. Como que la mujer, demasiadas veces olvidada, se sitúe en el centro del debate político. A esta campaña electoral la atraviesa un 8 de marzo y lo que las expertas llaman 'quinta ola feminista'. El año pasado, las mujeres demostraron en las calles cuánto había subido la marea, convirtiendo en mayoritario un movimiento que en otro tiempo cargaba con estigmas que lo relegaban solo al apoyo de algunos grupos. Ahora, en plena campaña y con casi la mitad de las mujeres sin haber decidido su voto, según el CIS, todos los partidos se lanzan a tratar de capitalizar el 8-M.

Desde la Comisión 8-M, la coordinadora de los colectivos feministas que convoca la huelga de mujeres, aplauden lo que consideran una "victoria de la lucha feminista". Que partidos que antes "no pronunciaban la palabra feminismo o la pronunciaban para impugnarla" se les llene el discurso de políticas de género es un éxito del movimiento. "Pero el feminismo no es una moda ni algo de lo que ponerte a hablar unos días antes del 8 de marzo", reivindican.

Ni PP ni Cs hacían mención al feminismo en su ideario político y se limitaban a asegurar que defienden la igualdad entre hombres y mujeres sin pronunciar un término hasta ahora incómodo. Pero la llegada de un nuevo partido, Vox, que trata de deshacer consensos en políticas de igualdad, a las que tilda de "ideología de género", ha obligado a los partidos a reubicarse en torno al discurso feminista. Vox sostiene que se criminaliza a los hombres, niega la existencia de la violencia machista y cree que la brecha salarial es un "mito".

El PSOE ha utilizado el discurso de Vox para enfrentar dos modelos de país de cara a los próximos comicios, uno que apuesta por las mujeres y que se declara feminista, y otro que pone en peligro las conquistas conseguidas, en el que ubica a PP, Ciudadanos y Vox. El objetivo es sacar réditos electorales de un espacio en el que los socialistas se mueven cómodamente desde hace años, abanderando muchas de las luchas de las mujeres. En palabras de la número dos de Sánchez, Adriana Lastra, "hay que reventar las calles el 8 de marzo y las urnas el 28 de abril". Como aval, Pedro Sánchez exhibe al gobierno con más mujeres de la OCDE y da luz verde a medidas en favor de las mujeres en cada consejo de ministros.

Podemos, que comparte con el feminismo incluso color institucional, ve cómo los socialistas capitalizan todo el discurso a favor de las mujeres y se ha apresurado a lanzar sus propias iniciativas. El lunes anunció una propuesta de cara a las generales para "conseguir la paridad real y efectiva en todas las instituciones del Estado y en financiadas con dinero público" y el martes, una asignatura obligatoria en el colegio sobre feminismo. Incluso Irene Montero, que en una entrevista en TVE criticó que haya quien se apropie del 8M para hacer campaña, añadió también que la próxima persona que lidere Podemos "va a ser una mujer".

LA LLEGADA DE VOX

La llegada de Vox a la política nacional ha obligado a PP y Ciudadanos a posicionarse en temas que parecían superados, especialmente después de que las tres formaciones se pusieran de acuerdo para el Gobierno de Andalucía. En algunos de ellos, el partido de Santiago Abascal se ha encontrado con muro: azules y naranjas pretenden marcar distancias y aseguran que no darán ni un paso atrás contra la violencia machista. Pero en otros, las posturas de Vox han encontrado ciertas semejanzas en las que defiende Pablo Casado, como sus declaraciones en contra del aborto y que han encendido incluso a algunas mujeres dentro del PP, o la idea de que el feminismo criminaliza a los hombres -"Yo tengo una hija y me parecería cínico hacer un discurso de enfrentamiento con mi hijo", dijo-. En la misma línea se expresaba en Onda Cero la candidata a la alcaldía de Madrid, Isabel Ayuso, que sostenía que hay hombres que han tenido dificultades en los juzgados por el hecho de serlo.

Sin embargo, los populares no están dispuestos a permitir que la izquierda monopolice la causa del 8-M y se han sumado al goteo de propuestas del resto de partidos. Casado propone un Pacto de Estado para combatir la brecha salarial, esa misma brecha sobre la que Mariano Rajoy dijo su famoso "no nos metamos en eso". También ha anunciado una propuesta para ampliar a mujeres trabajadoras con un solo hijo el complemento de la pensión de jubilación. Casado insiste en que no van a "aceptar lecciones de nadie" y repite una y otra vez que el PP es "el partido que más ha hecho por las mujeres". En esa línea se enmarca el vídeo institucional que han lanzado y que cierra la presidenta del Congreso, Ana Pastor: "Somos la garantía de la igualdad entre hombres y mujeres, siempre. Que no hablen por nosotras".

Para Ciudadanos, que aspira de nuevo a situarse en el centro, desmarcarse del discurso de Vox se ha vuelto prioritario. Y no han dudado en reivindicar su lucha sin fisuras contra la violencia machista. "No se pueden aceptar discursos que relativizan o niegan la violencia machista", aseguró Patricia Reyes, la responsable de igualdad del partido. A pocos días del 8-M, Ciudadanos ha abrazado el feminismo, pero lo hace añadiéndole una etiqueta muy suya con la que pretende diferenciarlo. En Madrid presentaron su "feminismo liberal", un manifiesto que hablaba de dejar atrás "la guerra de sexos", de "no excluir al hombre" o de evitar el "paternalismo". Entre sus medidas estrella están regular la gestación subrogada y legalizar la prostitución, así como una batería de iniciativas para mujeres autónomas y sobre igualdad laboral.