Alba Editorial propone para este final de temporada literaria unos escalofríos literarios de muchos quilates con buenas e inquietantes lecturas: tres novedades que garantizan momentos tensos e intensos con una prosa sugerente y cargada de emociones fuertes.

Una auténtica joya para empezar: Cuentos de brujas de escritoras victorianas (1839-1920). Peter Haining parte del universo de la brujería para engarzar crónicas históricas y leyendas con ficciones de escritoras que hoy pocos recuerdan pero cuyo talento e imaginación fértil merece rescatar. Atención especial a Eliza Lynn Linton, que estudió de forma rigurosa y exhaustiva la tradición de la brujería en Inglaterra y Escocia, al igual que Jane Wilde en Irlanda y Mary Lewes en Gales. Para completar esa visión insólita y poco conocida, autoras que escribieron cuentos de brujas en los que se profundizaba el conflicto entre religión y ciencia, la condición de la mujer apartada y acosada, la sexualidad vinculada a los considerados espíritus malignos, sin olvidar los efectos de la intimidación y la explotación, las relaciones entre el amor y la muerte, y la visión de la Naturaleza como una fuerza cargada de impulsos devastadores.

Pongámonos en situación: la sociedad victoriana es un mundo esencialmente masculino centrado en el comercio y la expansión imperial. Manda el orden racionalista y dominan los códigos morales herméticos y estrictos, lo que no es óbice para que muchos hombres disfruten de una doble vida. Y en esas circunstancias, el interés por la brujería recayó sobre todo en las mujeres. Autoras que merecen una reivindicación sin corsés ni tapujos convierten este libro en una experiencia tan grata como sorprendente: narraciones de muy distinto signo y condición se dan cita en una fiesta imaginativa inagotable que se rinde a la fascinación de la brujería y ofrece un retrato preciso y elocuente de la mujer victoriana: los recovecos de su mentalidad y, sobretodo, de su manera de entender y afrontar los mundos de las sombras y de la magia más tenebrosa.

‘Cuentos góticos’

Los Cuentos góticos de la gran escritora Elizabeth Gaskell es una obra de una modernidad asombrosa en formas y fondos de grosor gótico. Sus páginas alumbran la oscuridad de desapariciones sin explicación, fantasmas con ansias de revancha, caballeros y aristócratas que llevan una doble vida de robo y asesinatos, maldiciones que golpean a los descendientes de quien las lanzó, encierros en castillos, persecuciones sin descanso y atormentadas fugas... Ingredientes que imantaron el interés de la extraordinaria autora del realismo victoriano y que sugieren la intención de Gaskell de recurrir a la fantasía como vía de escape creativo a las hechuras cotidianas y a la proyección social de sus preferencias temáticas. Secretos que corroen el sosiego, culpas escondidas que salen a la luz, desazón embalsamada en la aparente normalidad del devenir cotidiano... Familias corrientes y dolientes, heroínas que se enfrentan a su condición tan dependiente de mujeres en una sociedad que aprieta y ahoga... Los tormentos expuestos por Gaskell no la hacen orillar sus querencias realistas, al contrario: las potencia con su aproximación al género en busca de sus raíces más profundas y turbadoras. Cuentos como La bruja Lois, que relata la famosa caza de brujas de Salem en 1692, o Curioso, de ser cierto, en el que un caminante perdido en un bosque contempla una extraña reunión de personajes de cuentos de hadas, enhebran con un admirable sentido del ritmo y la evocación literaria hilos de humor y terror sabiamente dosificados.

Para los pequeños

Y para completar la propuesta de Alba, un libro para los lectores más pequeños: la biografía que la colección Pequeña &Grande dedica a la escritora Mary Shelley, madre de Frankenstein, una de las obras cumbre del género de ciencia-ficción con resonancias terroríficas. María Isabel Sánchez Vegara escribe los textos y Yelena Bryksenkova los ilustra. Mary Shelley, recordemos, nació en Londres durante la Revolución Industrial. Grandes cambios en el ambiente: las fábricas pedían paso, imponiendo sus nuevas leyes y costumbres, ataduras y mentalidades. Su madre, una importante escritora feminista, murió cuando solo tenía once días y fue educada por su padre, el excéntrico filósofo William Godwin. Se enamoró de poeta Percy Shelley, con quien se fugó. Durante una noche de tormenta en Suiza que pasaría a la historia de la Literatura, un grupo de amigos se reunió con un propósito de entretenimiento que acabaría siendo una cita con el miedo... y el arte.

Mary Shelley creó a Frankenstein tras soñar con un monstruo. Al despertar, escribió sobre un ser que volvía a la vida gracias a una descarga eléctrica. Y, así, Shelley inició su propia revolución e iluminó un sorprendente camino literario.