Los futuros maestros que se están formando en el campus del CEU en Castelló ponen en práctica continuamente las metodologías docentes que se están demostrando más eficaces en el aula. Una de ellas es la gamificación, que traslada al ámbito de la educación la mecánica de los juegos.

Esta técnica pedagógica permite que los niños interioricen los conocimientos mientras se divierten, lo que incrementa notablemente su aprendizaje, incluso en materias tan poco populares como las matemáticas.

Práctica en Almassora

Los niños y niñas del colegio Doctor Errando Vilar de Almassora han tenido la oportunidad de experimentarlo recientemente gracias a los dos escape room diseñados y puestos en marcha por estudiantes de Magisterio del CEU: uno, ambientado en el Antiguo Egipto, y el otro, en una historia de fantasía protagonizada por personajes de Disney.

A lo largo de una hora, los pequeños han tenido que superar divertidas pruebas y retos matemáticos planteados por los futuros maestros. Un trabajo en el que los estudiantes del CEU han puesto a prueba sus conocimientos pedagógicos, lo que incluía adaptar los contenidos a un público específico, en un entorno real y atendiendo al tiempo, espacios y recursos materiales y humanos disponibles. Dicho de otro modo: a la realidad del aula.

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Y lo han conseguido. Así lo asegura la tutora de los pequeños, Reme Tornador: «¡Ójala pudiéramos realizar más actividades como estas en el aula! Los alumnos de Magisterio del CEU lo han hecho genial, y los niños y niñas se han quedado con ganas de más».

La maestra valora especialmente «la ilusión que tenían los niños cada vez que conseguían la solución de un reto y las ganas de enfrentarse a uno nuevo». «Poner en sus manos situaciones matemáticas donde han podido tocar, ayudarse, ver que las matemáticas las tenemos presentes siempre en nuestra vida y conseguir, ayudándose entre ellos, las soluciones, ha sido perfecto», continúa la docente del Doctor Errando Vilar de Almassora.

«Los alumnos del CEU han sabido generar una gran expectativa. Sus disfraces, la puesta en escena, el diseño, la actuación, su simpatía y trato… han sido geniales, y mis alumnos han estado cómodos, alegres y motivados», concluye la maestra.

Por su parte, los estudiantes de Magisterio del CEU están entusiasmados con esta nueva iniciativa innovadora impulsada desde su universidad. Daniel Marzá, por ejemplo, se queda especialmente «con las caras de alegría de los niños tras cada prueba; la motivación, la energía y cooperación entre toda la clase para superar cada problema que se les planteaba».

Igual de contenta está su compañera Paula Tusón, para quien «este tipo de actividades son necesarias para los estudiantes de Magisterio, ya que supone enfrentarnos a la realidad de nuestro futuro próximo».