Unas 30.000 personas mueren cada año en España como consecuencia de una parada cardiaca y la rapidez con la que se atiende al paciente es fundamental para su supervivencia, a pesar de que solo hay 3 desfibriladores externos automáticos por cada 10.000 habitantes, cifra que nos sitúa a la cola de la Unión Euroepa. Así lo denunció ayer el secretario general de la Sociedad Española de Cardiología, Ignacio Fernández Lozano. EFE