De los 10 nombres más populares para niñas en la década de 1960, nueve eran marianos: María Carmen, Ana María, María Dolores, María Pilar, María José, María Teresa, María Ángeles, María Isabel y Rosa María. Estos nueve nombres, más Isabel, identificaban al 21% de las nacidas en ese decenio. Sin embargo, desde hace unas décadas, solo permanece María, en primer lugar, seguido por otros nueve nombres sin influencia mariana: Lucía, Paula, Laura, Marta, Alba, Sara, Andrea, Claudia y Carla, que ahora suman el 21,9% de todos los nombres dados a niñas.

Son datos de un análisis elaborado por investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) a partir de la Estadística del Padrón Continuo del INE. Este registro ha permitido estudiar los cambios en los nombres de los residentes en España, e ilustra algunos rasgos de la reciente historia demográfica.

En cuanto a los nombres masculinos, destaca también la desaparición de José y Jesús, dos nombres que en la década de 1930 ocupaban el primer y el décimo puesto en la lista de los 10 más populares. En el siglo XXI, los 10 nombres masculinos más utilizados son Alejandro, Daniel, Pablo, David, Adrián, Álvaro, Javier, Sergio, Carlos e Iván.

El informe apunta que, a principios del siglo pasado, los 10 primeros nombres de niños sumaban el 39,3% de todos los nombres de niños; en las niñas solo el 29,3%. En las décadas siguientes la concentración fue descendiendo. “Es posible que la asignación de un nombre responda a fuerzas institucionales y sociales, y no sea tan libre como parece”, ha apuntado otro de los autores del trabajo, Antonio Abellán.

SAGAS // Explica que, antiguamente, los nombres parecían determinados por la tradición de sagas familiares, que ocasionaba cierta uniformidad, salvo en zonas donde el santo del día tenía preferencia. “La presión institucional era grande. Predominaban los nombres de José, Antonio, Manuel, María, Carmen y Josefa”, precisó Fernández Morales.

Actualmente, señala la investigación, los nombres de niños y niñas son más diversos que en el siglo XX. Los científicos indican que las parejas quieren nombres breves, sonoros, menos populares y menos marianos. Así, predominan los nombres bisílabos, sencillos; desaparecen los nombres dobles compuestos de María; y la letra a predomina en los nombres de niños y niñas.

“Es posible que las políticas de igualdad de género hayan arrinconado las formas tradicionales de nombrar a los bebés. A su juicio, “los nombres más populares de niños ya no son más frecuentes que los más populares de niñas y ahora existe otra realidad”. H