El aumento de casos de coronavirus en España está siguiendo una progresión muy similar a la que registró Italia. Con una gran diferencia. Nuestro país le lleva unos siete días de ventaja. Si, como parece, España acaba adoptando con anticipación las medidas tan duras como las que el país alpino decretó a principios de esta semana, quizás haya una oportunidad para no llegar a la misma situación.

Los primeros casos de España prácticamente no cuentan. Fueron dos positivos de extranjeros en las islas de Mallorca y La Gomera que se habían infectado en otros países europeos a través de personas procedentes de China. Se aislaron, se les dio el alta y regresaron a sus países. Cuando de verdad empezaron a proliferar fue a partir 2 de marzo, el momento en el que se alcanzó la cota de los cien infectados. Nueve días después de que lo hiciera Italia.

EL PACIENTE CERO / La cuestión es que la gran mayoría de los enfermos o bien habían viajado a ese país o habían tenido contacto con alguien que lo hubiera hecho. El enemigo aquí no estaba en casa ni había llegado de China. El covid-19 había usado la península itálica de cabeza de puente para entrar en Europa, como los aliados desembarcaron en las playas de Normandía. Con una diferencia, la invasión se hizo los primeros días con sigilo. Italia aún no ha encontrado el paciente 0.

Durante casi siete días el número de casos nuevos permaneció en España estancado alrededor de los cien. Eran los momentos en los que el Gobierno y la comunidades autónomas creían tener bajo control la propagación del virus. No solo por las cifras, como insistió en reiteradas ocasiones el portavoz de la comisión de seguimiento, Fernando Simón, sino porque aún no se había detectado «ningún foco de transmisión comunitara descontrolada». Casi todos estaban vinculados a viajeros o bien se estaban investigando. Seguíamos llevando a Italia una ventaja de nueve días.

Algo cambió radicamente el 9 de marzo cuando el número de casos en un solo día saltó a 615, sobre todo en la Comunidad de Madrid. El contagio descontrolado ya estaba aquí. Se empezaron a aplicar los primeros cierres de escuelas y de eventos de más de 330 personas.

Como en Italia, el la gran foco de contagio y dispersión se han concentrado finalmente en una gran metrópoli, donde el contacto es más frecuente y menos evitable. Allí Milán y su región la Lombardía (van casi por los 10.000 contagios), y aquí Madrid y su comunidad autónoma (2.000).

El salto que ha desencadenado en España las medidas más radicales se dio ayer, cuando los contagios en un solo día casi se duplicaron, alcanzado los 1.281, casi exacta a la registrada hace siete días en el país vecino.

Qué pasará los próximos días es muy díficil de saber. Si seguimos el ritmo de Italia, dentro de una semana podemos superar los 15.000 infectados. ¿Y cuántos fallecidos? Si se mantuviera la tasa actual de mortalidad, el 2,8%, sumaríamos casi 500 muertes, pero si nos igualamos a la terrorífica tasa italiana, el 7%, no acercaríamos a las mil.

LA ESTADÍSTICA / Va a ser muy difícil escapar de esta siniestra estadística dado que el efecto de las medidas tomadas esta semana no se verán hasta dentro de unos días.

La cifras podrían experimentar un alza puntual por el cambio de método en la detección de casos. Madrid empezó el pasado miércoles confirmar los casos leves de covid-19 por diagnóstico clínico por teléfono sin practicar la prueba. Algo que ya se hizo en Wuhan para evitar demoras.

Para predecir lo que va a ocurrir más adelante no sirve la analogía italiana. Habrá que prestar atención a lo que ocurra los próximos días.

En cualquier caso, lo que más preocupa a los especialistas no son los casos leves, sino los que requieren hospitalización o UCI. Según la Comunidad de Madrid el 30% de infectados están graves y deben ser ingresados, mientras que el 10% se encuentran en situación crítica y necesitan cuidados intensivos, el doble de lo que se dio en China, debido a la pirámide de población madrileña. Hay muchos más ancianos, la población más sensible al virus.

Si los datos de Madrid son extrapolables, dentro de una semana tendremos unos 1.400 personas ingresadas en las UCI y unas 4.000 hospitalizadas.

Todo un reto para el sistema sanitario, que como el italiano corre también el peligro de verse desbordado, especialmente en Madrid.