La estrategia del Gobierno británico de retrasar cualquier restricción para frenar la expansión del coronavirus puede conducir a un desastre sanitario, con un alto coste de vidas humanas que supere el medio millón de víctimas mortales. Un documento oficial secreto del organismo responsable de la sanidad pública en Inglaterra, filtrado por The Guardian, advierte de que la epidemia puede prolongarse hasta la primavera del 2021 y requerirá la hospitalización de casi ocho millones de personas. El ministro de sanidad, Matt Hancock, reconoció el domingo que el Reino Unido no tiene suficientes respiradores para atender a las personas que deban ser hospitalizadas.

El miedo, la confusión y las críticas van en aumento contra un Boris Johnson casi ausente, ante la falta de transparencia del Gobierno y lo temerario de su gestión. Hancok negó que se estén anteponiendo los intereses económicos a la salud pública. En un intento de contrarrestar el descontento, el equipo del primer ministro anunció que a partir de ahora se celebrará una conferencia de prensa informativa diaria, con la participación de Johnson o de otra autoridad del Ejecutivo. En la de ayer, Johnson siguió en su línea y se limitó a aconsejar a sus ciudadanos que eviten frecuentar pubs, clubs, teatros y otros lugares de ocio.

Expertos y asesores del Ejecutivo calculan que el punto máximo de la epidemia estallará entre mayo y junio. Para entonces, las autoridades británicas esperan que los hospitales estén más desahogados, pasada la crisis habitual del invierno y que, con suerte, haya nuevos tratamientos posibles. En otoño e invierno el virus puede resurgir con fuerza.