El tratamiento del cáncer ha progresado a pasos de gigante los últimos años gracias al desarrollo de fármacos de quimioterapia que frenan la progresión de los tumores o incluso los eliminan por completo, pero sigue habiendo casos resistentes a los tratamientos más habituales. Ahora, un estudio coordinado por Manel Esteller, investigador del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) de Barcelona, intentará abordar este problema mediante el análisis del epigenoma de los tumores de un centenar de pacientes que ya han recaído dos veces y han agotado los tratamientos convencionales.

El objetivo, como explica Esteller, es avanzar hacia productos personalizados que resulten efectivos. “Muchos fármacos puede que ya existan y se empleen para otras cosas, mientras que en otros casos podemos dar pistas para su futuro desarrollo”, afirma. El catálogo de medicamentos contra el cáncer que serán analizados incluye más de 1.000 compuestos.

Esteller, director del programa de epigenética y biología del cáncer del Idibell, y Jaume Giró, director general de la Fundación Bancaria La Caixa, que financia el estudio con 301.600 euros, presentaron los detalles del proyecto en un acto en Barcelona.

CAMBIO EN LOS GENES // Grosso modo, el epigenoma está formado por compuestos químicos no genéticos, no hereditarios, que pueden unirse al ADN y modificar la actividad de los genes. El epigenoma puede variar dependiendo de la dieta o de condicionantes ambientales como la contaminación. “La genética es como un abecedario que forma palabras -comentó el directivo de la Fundació La Caixa--, mientras que la epigenética son los acentos que permiten que una palabra signifique una cosa u otra”.

Como destacó Esteller, la medicina actual ya aborda las particularidades de cada tumor mediante diversos análisis genéticos, lo que permite en muchos casos mejorar el tratamiento farmacológico de forma personalizada, pero no se ha avanzado tanto en el caso del epigenoma. Lo que se pretende ahora es obtener la huella dactilar epigenética del paciente y de su tumor.

La primera fase del trabajo, que ya ha empezado, se llevará a cabo con los dos tumores más habituales --colon y pulmón-- y con otros dos particularmente agresivos y resistentes a los tratamientos --páncreas y glioma o cerebro--. H