Suspense hasta el último segundo. Tras el fracaso del Consejo Europeo a finales de marzo, el eurogrupo se enfrascó ayer en una prolongada reunión por videoconferencia que, al cierre de esta edició, aún no había alcanzado un acuerdo.

Antes de comenzar, el Gobierno español, defensor de aplicar algún tipo de medida que conlleve la mutualización de deuda entre los países, valoró la triple red de seguridad de 500.000 millones de euros que ultima el Eurogrupo para proteger a trabajadores, empresas y gobiernos de las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

Se trata de los préstamos del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), las garantías del Banco Europeo de Inversiones (BEI) y las ayudas del nuevo fondo para el empleo. Pero España considera insuficiente este cortafuegos fiscal y reclama también la adopción de un plan de recuperación que permita financiar de forma conjunta los costes derivados de la pandemia y las inversiones que serán necesarias para reactivar la economía de toda Europa.

Así lo señaló la vicepresidenta económica del Gobierno español, Nadia Calviño, poco antes del inicio de la decisiva videoconferencia de ministros de economía y finanzas de la Eurozona que arrancó a las cuatro de la tarde y que, tras una primera ronda de intervenciones que se prolongaron casi tres horas, entró en un receso para intentar redactar una declaración asumible para todos.

«Un Eurogrupo maratoniano posiblemente durará hasta mañana por la mañana (por hoy miércoles) para acordar un robusto plan financiero con cuatro pilares para apoyar a los trabajadores y empresas europeas», vaticinó el ministro de finanzas maltés, Edward Scicluna.

diferencias // La cita llegó marcada de nuevo por la división en torno a la condicionalidad del fondo de rescate, la duración del nuevo fondo para el empleo y el plan para la reconstrucción y la mutualización de la deuda, que los países del norte siguen rechazando de plano.

A juicio de Calviño lo importante no es la etiqueta que se utilice --se llamen eurobonos, coronabonos o cualquier otro tipo de bono- sino disponer de un mecanismo de emisión conjunta.

«Lo más importante es que estemos unidos en los mercados, sin que aumenten las divergencias en la UE. No es aceptable que cada país tenga que hacer frente solo a los costes derivados de esta emergencia. Por eso tenemos que trabajar en mecanismos de mutualización y buscar un vehículo nuevo, o dentro del Marco Presupuestario Plurianual (MFF) que pueda servir para la recuperación económica, para abordar juntos las inversiones necesarias», defendió la titular de economía española, que insistió en que el acuerdo del Eurogrupo o la carta que dirija luego su presidente, Mário Centeno, a los líderes de la UE debe recoger «que hay que trabajar en instrumentos a corto plazo y a largo plazo para poner en común los costes derivados de la emergencia», como defiende también Francia.

«Hoy tenemos que incluir dentro de nuestras reflexiones y en el paquete que se dé a los líderes una referencia a esta cuestión. Es un asunto complejo que debe ser abordado a nivel de los jefes de estado y de gobierno. Pero hoy tenemos que ver hasta dónde se puede llegar», explicó sin pronunciarse sobre cuál sería el volumen adecuado para este nuevo fondo o plan de recuperación. «No es el momento de fijar una magnitud sino de ver cuales son los márgenes y las necesidades y como utilizaríamos estos instrumentos para estimular la economía», dijo.

créditos // España ve con buenos ojos el triple cortafuegos cocinado en las últimas semanas en el Eurogrupo: a través de una línea de crédito precautoria del fondo de rescate europeo (MEDE) que podría movilizar unos 240.000 millones, los 200.000 millones en garantías del BEI y los 100.000 millones del nuevo fondo SURE destinado a financiar los ertes.

El plan aún genera resistencias entre los gobiernos europeos, especialmente el uso del fondo de rescate y las condiciones exigidas para acceder a estos créditos. Según explicó Calviño, las únicas condiciones exigidas deben ser las relacionadas con la respuesta sanitaria aunque eso no exime a los gobiernos de cumplir con las reglas fiscales a las que están sujetos todos los estados. «Pero sin que haya ningún tipo de condicionalidad específica relacionada con cada uno de los países. No creo que haya que contemplar ningún tipo de condicionalidad específica para país ni reformas relacionadas con el ámbito sanitario», avisó la vicepresidenta.

Holanda encabeza la oposición a suavizar las condiciones de acceso a los créditos del MEDE, pese a que el consenso general es que deben ser más ligeras que en los rescates gestionados por la crisis financiera, donde se exigió a los beneficiarios adoptar medidas de austeridad o reformas estructurales.