Lograr que los cerdos se conviertan en incubadoras biológicas, capaces de crear órganos humanos. Esa es la nueva línea de investigación que está desarrollando un grupo de científicos en Estados Unidos y a la que ha tenido acceso la BBC. Una técnica polémica, de manipulación de embriones, cuyo fin es terminar con la escasez mundial de órganos para trasplantes.

Los embriones que ha conseguido un equipo de la Universidad de California en Davies son un combinado de células madre de seres humanos y ADN de los animales. Las células fueron inyectadas en el embrión de los cerdos logrando crear con éxito embriones humano-porcinos a los que han llamado “quimeras”. Después fueron implantados dentro de una cerda, donde maduraron durante 28 días, antes de dar por terminado el experimento y analizar los tejidos.

LECHONES CON TOQUE HUMANO

De acuerdo con Pablo Ross, el científico argentino que lidera el equipo de investigadores, si se permitiera completar la gestación de estos embriones quimera, el resultado serían lechones aparentemente como cualquier otro de su especie, pero que habrían desarrollado un órgano interno humano. Esos lechones constituirían así un banco para trasplantes.

El trabajo al que ha tenido acceso el programa Panorama de la BBC emitido la noche de este lunes, consistió en utilizar una llamada técnica de edición genética conocida como Crispr para eliminar una sección del ADN del cerdo, necesario para que el embrión desarrolle el páncreas. Después de crear un “hueco” se inyectaron en él células madre humanas de plenipotencia inducida (IPSI), que tienen la capacidad de ser la base teórica para el posible tejido humano de diferentes órganos.

“Esperamos que éste embrión de cerdo se pueda desarrollar normalmente, pero el páncreas estaría compuesto casi exclusivamente de células humanas y podría ser compatible con el trasplante a un paciente”, señaló Ross, licenciado en medicina veterinaria y especialista en biología reproductiva.

OBJETO DE CONTROVERSIA

El estudio no está exento de riesgos y de ahí que sea controvertido. En septiembre del pasado año, las autoridades sanitarias de Estados Unidos advirtieron de que no respaldarían investigaciones con quimeras hasta saber más de sus implicaciones. El principal temor es que las células humanas puedan “emigrar” al cerebro en desarrollo y que el animal pueda nacer con un cerebro, que de una forma u otra resulte más humano. “Creemos que el potencial para que crezca un cerebro humano es muy bajo, pero es algo que estamos investigando”, responde Ross.

"El potencial de que crezca un cerebro humano es muy bajo; es algo que estamos investigando"

Walter Low, profesor del departamento de neurocirugía de la Universidad de Minnesota, cuyo equipo está realizando también experimentos con embriones quimera para producir, entre otras cosas, neuronas y tratar a pacientes con párkinson, considera a los cerdos como “incubadoras biológicas” ideales para el desarrollo de órganos humanos. Órganos que se pueden usar para crear no sólo páncreas, sino también pulmones, corneas, hígados o corazones, hechos a la medida, utilizando las células el iPS del paciente que necesite el trasplante. “Una copia genética exacta de su hígado”, pone como ejemplo Low, “pero en una versión más joven y sana”. Ese tipo de órgano eliminaría el peligro de rechazo y evitaría la necesidad de que el trasplantado tuviera que tomar medicinas inmunosupresoras, que tienen efectos secundarios.

EXPERIMENTOS CON RATONES

No es la primera vez que se intentan crear quimeras. En el pasado los científicos lograron obtener un ratón con un páncreas de rata y ratones con hígados casi completamente humanos. Pero la posibilidad de que en el futuro la medicina utilice granjas de órganos inquieta a los grupos de defensores de los animales. Peter Stevenson de la organización Compassion in World Farming, quiere que primero, “se pidan más donaciones de órganos a la gente” y sólo se empleen cerdos para este fin como último recurso.

La escasez de órganos es un problema en todos los países. El que la demanda sea mucho mayor que la oferta, lleva a un mercado negro internacional de órganos. La organización Mundial de la Salud (OMS), estima que un 8% de los trasplantes que se realizan en el mundo cada año son producto del tráfico ilegal, en manos de mafias que se ceban en las poblaciones más pobres de países como India, Paquistán o Filipinas. En internet abundan las ofertas de órganos y de clientes que los compran. Por un riñón se están pagando entre 150 y 200 mil dólares. Un mercado macabro con el que la ciencia podría terminar un día.