El cúmulo de irregularidades de la empresa Magrudis, origen del foco de listeriosis que ha provocado el brote más grave conocido en España, se suma a la cadena de errores de las administraciones que debían velar por la seguridad alimentaria. La organización Facua-Consumidores en Acción denuncia que el Ayuntamiento de Sevilla redujo indebidamente el nivel de riesgo de la compañía tras ser informada en una inspección en julio del 2017 que limitarían la distribución de sus productos a la capital hispalense, y no a la provincia. Esta decisión, que la entidad afirma no consta justificada en el acta de inspección, provocó que se espaciaran los plazos para nuevos controles.

La propia empresa reconoció, ya estallada la crisis, que repartían productos cárnicos a escala regional, aunque la documentación posterior probó que la distribución era nacional. Pese a ello, en la inspección de julio del 2017 informó que se circunscribía solo a la capital hispalense y que se habían adoptado los protocolos de autocontrol oportunos, lo que hizo que el nivel de riesgo potencial en función del riesgo para los consumidores se rebajara sustancialmente pasando de una categoría A (con controles cada seis meses) a nivel C (cada 18 meses). De tal forma que ya nadie revisó la empresa hasta agosto de este año, ya en pleno brote.

El portavoz de Facua, Rubén Sánchez, reprochó que nunca se cruzaran datos y la ineficacia de los protocolos de actuación, recordando Magrudis acumulaba una larga lista de irregularidades. Entre ellas, el tener actividad comercial durante dos años sin licencia para ello, dado que no la obtuvo hasta 2015, o que declarase una actividad diferente a la realizada. Era una empresa con productos ilícitos en el mercado que, además, estaban contaminados, dijo Sánchez. Facua sospecha que los primeros episodios de infección por consumo de carne mechada contaminada pueden remontarse a comienzos de año, aunque las alarmas públicas no saltaron hasta julio, cuando una familia entera enfermó y comenzaron las encuestas epidemiológicas.

De momento, el brote sigue controlado y se ha rebajado a 45 el número de ingresados en los hospitales. No obstante, este martes se ha registrado un nuevo caso en Granada y otros seis en Alemania, donde una familia consumió los productos que el novio español de una de las hijas les llevó como regalo de presentación y que había adquirido en un comercio sevillano el 1 de agosto. Aunque desarrollaron los síntomas, todos ellos se han recuperado bien, según adelantó ayer 'El Economista'.