Castellón perdió ayer a una de sus mentes más privilegiadas y a un hombre que pregonaba su castellonerismo y quería a su tierra con locura: Eduardo Wenley Palacios. Nos dejó a los 89 años de edad, después de sufrir un ictus que le dejó muy mermado de salud durante las últimas dos semanas, siempre bien atendido por su querida esposa Luisa Oliver, exalcaldesa de Vilafamés.

Wenley era muy conocido en la sociedad castellonense por su personalidad poliédrica. Cursó su licenciatura de Derecho en Deusto y fue uno de los más reputados abogados de la capital, aunque sus primeros pasos profesionales los dio como decorador, faceta en la que también mostró su talento natural y su gran creatividad. De hecho, fue ganador del concurso de poesía Flor Natural, en Castelló, amén de ser poseedor de una cultura excepcional y estar dotado de un notable talento para la pintura, pasión que compartía con su gran amigo el genial artista Ripollés.

Wenley Palacios era un excelente tertuliano y un gran conversador, con quien las horas se convertían en segundos y las tardes se hacían amenas, con ese carácter fuerte e irónico que le distinguía. Un hombre amigo de sus amigos y de corazón generoso, que compartió momentos maravillosos con su esposa Luisa, a quien adoraba, igual que a sus dos hijos Wenley y Javier.

Amante de su tierra, otra de sus debilidades era el CD Castellón, del que fue consejero. El buen aficionado albinegro debe saber que él, junto a Manolo Godoy, a quien le unía una estrecha relación personal, e Isidoro Gasque, fueron decisivos para que el club albinegro no desapareciera en la temporada 96-97, favoreciendo la transición para la llegada de Antonio Bonet a la presidencia.

Sus amigos todavía recuerdan la anécdota de su boda con Luisa, cuando prohibió los regalos y destinó el dinero, que aún así recibió, para levantar una escultura de Ripo a la entrada de Vilafamés, pueblo por el que Wenley tenía una especial predilección.

La familia comunica que por motivos de la alarma sanitaria, las exequias fúnebres por el descanso eterno de su alma se celebrarán nada más exista la disponibilidad para ello. DEP.