El músico y compositor vinarocense Carles Santos i Ventura falleció este lunes por la tarde en su localidad natal. A los 77 años se apagó la luz de este artista total, como le había definido muchas veces la crítica internacional, multidisciplinar, que fue, además, cineasta, escenógrafo, fotógrafo y creador textual en la más absoluta vanguardia de las últimas décadas. El Ayuntamiento decretó ayer tres días de luto oficial, con las banderas a media asta y minutos de silencio en su memoria en los actos municipales, mientras que la capilla ardiente se instalará en el Auditori Carles Santos, en la Fundació Caixa Vinaròs, este martes de 9.00 a 18.00 horas.

Él, que tenía una verdadera obsesión artística con el piano, al que convirtió en eje vital y subversivo de su obra, ha sido el más internacional y galardonado de los creadores internacionales, que combinó la interpretación con la composición, la escultura, la pintura y, sobre todo, la performance, que llevó al límite de la frontera con el erotismo y la cotidianidad, en sus centenares de piezas, que incluyen desde el tema ¡Hola! para la ceremonia inaugural de los JJOO de Barcelona-92 o la Fanfarria que abrió la Bienal de las Artes de València en el 2001 hasta sus montajes teatrales y partituras de alto voltaje.

Tras empezar al piano con cinco años, su carrera arrancó un marzo de 1954 en el Ateneo de Vinaròs y le llevó por todo el mundo, de Barcelona, donde estudió en el Conservatorio Superior del Liceo, a París, Nueva York y medio mundo, aunque siempre volvía a su Vinaròs, a su casa-estudio en la calle que lleva su nombre.

Hijo predilecto de Vinaròs, en su casa guardaba con honores la Cruz de Sant Jordi de la Generalitat de Catalunya 1999, la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes 2007, 12 premios MAX, dos premios Ciutat de Barcelona, en 1993 y 1996, además de la Medalla d’Or de la UJI, y la de la Universitat de València, el premio Valencià de l’Any de la Fundació Huguet de Castelló 2004 y el Premio Nacional de la Música del Ministerio de Cultura en el 2008.

Era, pese a haber trabajado desde la vanguardia con Pere Portabella, John Cage, Joan Brossa o Gonzalo Herralde, entre otros genios de su generación, «una persona sencilla, apegado a la tierra, al compromiso». Lo explica el alcalde de Vinaròs, Enric Pla, que lo definió como «vecino ilustre, genial, una figura irrepetible». Muchas fueron ayer las muestras de condolencia. Desde la Generalitat, el president, Ximo Puig, agradeció la «mirada» de Santos, que definió como «artista impresionante, un valenciano universal», coincidiendo con el rector de la UJI, Vicent Climent --para la que compuso un himno--, y el director del Conservatorio Superior de Música de Castellón, que le definieron como «un artista polifacético y comprometido con su tierra» y «un genio y referente».