Sales de fiesta y, a la hora de volver a casa, explicas a tus amigos que no estás para coger el coche. Propones volver andando o llamar a un taxi. Pero tu amigo más avispado, aquel que tiene una solución para todo -aunque un tanto cuestionable- te dice que no hay problema en coger el coche, siempre y cuando bebas una importante cantidad de agua antes de empezar a conducir o des un par de vueltas corriendo a la calle. Lo miras extrañado, pero le haces caso. Y de nada sirve, pues cuando empiezas a conducir notas el efecto del alcohol más latente que nunca en todos tus sentidos.

No eres el único. Aun sabiendo el problema que existe cuando se combina alcohol y conducción, aun conociendo el grave peligro al que te expones a ti mismo, a las personas que te acompañan en el coche y al resto de usuarios de la carretera, este tipo de situaciones siguen ocurriendo y más a menudo de lo que nos pensamos. He aquí un listado de falsos mitos que se creen definitivos para no dar positivo en los controles de alcoholemia:

  1. Beber agua antes de coger el coche, porque rebaja el alcohol en sangre.
  2. Correr, saltar, hacer flexiones, entre otros, para sudar y quemar el alcohol.
  3. Masticar granos de café para evitar el aliento de alcohol.
  4. Masticar chicle o comer un caramelo por el mismo motivo anterior.
  5. Esperar un par de horas porque así baja el pico del alcohol.
  6. Tomar un antiácido porque absorbe el alcohol en el estómago.
  7. Tomar un vaso de leche porque hace una película en el estómago.
  8. Tomar aceite por el mismo motivo.
  9. Soplar con la lengua hacia atrás para que el alcoholímetro no detecte tanto el olor de alcohol.
  10. Y, por si fuera poco, masticar césped y lamer la batería de un móvil o una moneda de cobre.