El año pasado, la huelga feminista del 8 de marzo fue más que una huelga. Fue una revolución. Este año, las mujeres siguen teniendo «mil motivos» para volver a salir a la calle. El próximo 8-M se repetirá el paro feminista --huelga de consumo, cuidados, educativa y laboral-- y se invadirán las calles de toda España con manifestaciones. ¿Por qué? Porque ha habido muchos logros desde el 8-M de 2018. Entre ellos, incorporar el feminismo a la agenda política y social. Sin embargo, la realidad demuestra que las conquistas específicas son todavía escasas.

«Sigue habiendo brecha salarial, nos siguen violando, nos siguen matando, sigue sin haber corresponsabilidad en los cuidados de abuelos o hijos y sigue habiendo voces que piden recortar nuestros derechos», explicó ayer Sara Jiménez, miembro de la Comisión 8-M de Madrid, asociación independiente creada en 1977 para acordar las acciones con motivo del Día de la Mujer. La huelga feminista de 24 horas está apoyada por algunos sindicatos, aunque los mayoritarios (UGT y CCOO) defienden paros de dos horas. Será la segunda vez en la historia de España que se realiza un paro feminista de 24 horas.

En Castellón, como previa a esa huelga, la Asamblea 8-M convoca para hoy una cacerolada en la plaza Santa Clara a las 19.00 horas. El acto se realiza bajo el lema Fartes de la cuina! eixim a trencar els perols.