La FIL, Feria Internacional del Libro de Guadalajara, México, la más importancia en el ámbito latino, ha hecho público este miércoles su galardón Homenaje al Mérito Editorial que ha recaido en el editor Juan Casamayor, artífice del sello Páginas de Espuma, una casa editorial dedicada especialmente al relato breve con una especial querencia por los autores latinoamericanos y los clásicos de la literatura universa,l así como autores españoles. "Recibo la noticia de este premio con sentimientos encontrados. Por un lado, la euforia por el reconocimiento y por el otro, la responsabilidad ante un reconocimiento que ha distinguido a tantos primeros agentes culturales que han modificado nuestra mirada", asegura vía telefónica el inquieto editor, nacido en Madrid, pero de raíces aragonesas.

Y es que la lista de galardonados en otras ediciones es impresionante: Jaume Vallcorba, Jorge Herralde, Christian Bourgois, Inge Feltrinelli, Roberto Calasso, Francisco Porrúa, Antoine Gallilmard o Beatriz de Moura. “No es que yo quiera compararme a ellos, pero sí me consta que es un reconocimiento a una labor de casi 20 años”.

Páginas de Espuma, cuyo nombre surge de un poema de Luis García Montero que asegura que el mar es "como un libro con páginas de espuma", fue creado por Casamayor junto con su compañera Encarnación Molina en 1999 y en el 2000 apareció el primer volumen, 'Escritos', de Luis Buñuel, coincidiendo con el centenario del cineasta.

LAS PEQUEÑAS EDITORIALES

El nacimiento del sello coincide con el actual auge de los editores independientes que empezaron a aflorar en el panorama español en los 90 y cambiaron así el paisaje de las librerías. El editor entiende que el galardón es extrapolable también a toda esa tendencia. "El jurado ha destacado -señala- nuestra sensibilidad latinoamericana y la especialización respecto al cuento pero yo creo que implícitamente también hay un reconocimiento a nuestro sólido compromiso con el español de aquí y de ahora". De hecho, Páginas de Espuma es una de las pocas editoriales independientes -otras serían Candaya y en menor medida, Asteroide- que apuestan por autores vivos en castellano. Prueba de ello es el Premio Ribera del Duero el mejor dotado, 50.000 euros, en el formato libro de relatos y que cuenta entre sus ganadores a Samantha Schweblin y Antonio Ortuño.

Casamayor no le hace el menor caso a ese aforismo que dice que el cuento, su principal vocación, es veneno para las librerías, que los relatos no venden. "Creo que el sector industrial no ha puesto todavía toda la carne en el asador al respecto. Y claro que la novela es la que se lleva la parte del león pero las colecciones de relatos han tenido un aumento clarísimo en cuanto a ventas en los últimos años".

No se queja, antes de la crisis el sello publicaba 25 títulos al año. Ahora se ha reducido la lista a 15 pero, asegura, con esos números tienen mucha más facturación que en los años previos al 2008. El secreto es mimar mucho más cada uno de los título "y profundizar con ellos en muchos espacios".