“Maestro Ballara. Gran auténtico vidente curandero africano dotado de don hereditario con poderes naturales y enorme experiencia en todos los campos de la magia africana”. El guineano Alaye Toura Diakhaby se anunciaba de esta manera para captar clientes que pretendían que a través de rituales se resolverían sus problemas. Este miércoles, este santero debía ser juzgado en Barcelona por estafar a una mujer casi 60.000 euros, a la que le hizo creer que gracias a sus dotes se arreglarían sus problemas sentimentales. Sin embargo, no se ha presentado al juicio y la fiscalía, que reclama cinco años de prisión para él por el engaño, ha pedido al tribunal que ordene su detención y su ingreso en la cárcel.

Según fuentes jurídicas, no es la primera vez que Toura no comparece ante el tribunal. En la anterior ocasión, no fue localizado para citarlo. En agosto pasado, se le detuvo, pero la sala de vacaciones de la Audiencia de Barcelona lo dejó en libertad. En esta segunda ocasión, al acusado si que le ha llegado la notificación para el juicio. Pero, a pesar de ello, no se ha presentado, por lo que la fiscalía ha pedido su arresto. El tribunal debe decidir. Fuentes policiales han asegurado que el investigado tiene otra denuncia.

A finales del 2013, la víctima, que tenía 59 años, se separó de su marido. El fiscal relata en su escrito de acusación que este hecho dejó a la mujer “en una situación de gran debilidad y vulnerabilidad emocional”. Por este motivo, una amiga le facilitó el número de teléfono del Maestro Ballara con la convicción de que podría ayudarla en sus problemas sentimentales a través de la santería. Y es que quería que su marido volviera con ella.

El mandato de los espíritus

La primera cita fue frente a una parada de metro, en L’Hospitalet de Llobregat. De allí se dirigieron a la habitación que el santero hacía servir de despacho y que estaba en la misma localidad. A partir de ese día, el acusado empezó a pedir dinero a la mujer, manifestándole que los espíritus se lo decían y que el tratamiento no valdría para nada sino cumplía. La vulnerabilidad de la víctima fue mayor con la muerte de su hermana.

La mujer fue entregando al santero diversas cantidades, desde 350 euros hasta 1.600. Pero el golpe fuerte lo dio Toura en febrero del 2015, cuando la mujer le entregó 40.000 euros en efectivo para un conjuro. A cambio, Toura le entregó una bolsa con tres sobres y le pidió que los pusiera bajo el colchón y que los abriera más tarde. Ella creía que dentro estaría el dinero que con anterioridad le había dado. Pero, en realidad, solo había papeles recortados en forma de billetes. La mujer, además, llegó a pedir un préstamo para abonar las cantidades que el santero le solicitaba. La fiscalía atribuye al Maestro Ballara un delito de estafa agravada.