Tras años predicando austeridad, ha llegado la hora del gasto. El Fondo Monetario Internacional (FMI) urgió ayer a España a tomar medidas para afrontar las «sumamente inciertas» perspectivas de la economía por el coronavirus. «El Gobierno debe dotar de recursos suficientes al sector sanitario, además de destinar un apoyo específico a los más afectados, y estas medidas temporales de carácter extraordinario deberían intensificarse según sea necesario para prevenir y contener el virus y mitigar el impacto económico», defendió.

El organismo incluyó la recomendación en la declaración sobre la economía española con la que avanzó el informe definitivo anual que publicará previsiblemente a partir del próximo mes de mayo. La jefa de su misión a España, Andrea Schaechter, apuntó que el país no crecerá el 1,6% este año que el FMI calculó en enero, pero precisó que no revisará la estimación hasta que no desvele sus previsiones para la economía mundial en abril.

MEDIDAS DE CHOQUE / Una posible recesión, apuntó, no es el escenario principal «en este momento» y la experiencia apunta a que el impacto de la enfermedad debería ser «temporal». Pero, advirtió, su institución todavía tiene que seguir la situación de cerca. «La magnitud de la ralentización dependerá del alcance y la duración del brote, que son sumamente inciertos en este momento», afirmó en el documento.

Schaechter defendió que las prioridades del Gobierno deben ser garantizar que la población esté «segura y sana» e impulsar apoyos específicos que permitan que las «compañías no vayan a la bancarrota y los trabajadores no pierdan su empleo». En el pasado, reconoció, el FMI recomendó a España reducir el déficit, pero ahora hace falta una política fiscal «flexible», que se vea acompañada de una «compromiso creíble de ajuste futuro».

El organismo, así, planteó al Ejecutivo medidas de liquidez a las empresas afectadas para garantizar los pagos a proveedores. Asimismo, aconsejó mantener la flexibilidad en el mercado laboral. En esta línea, abogó por adoptar «regímenes de reducción del tiempo de trabajo» en los que el Estado «compense parcialmente la renta salarial perdida por los empleados», así como complementos públicos a los sueldos de los trabajadores que se encuentren en cuarentena.