Las autoridades francesas lamentan no haber sido informadas por la Comisión Europea sobre la posible presencia de otro insecticida, el amitraze, en los productos derivados del huevo que venían de los Países Bajos y Bélgica.

Francia criticó no haber recibido ninguna alerta del Servicio de Alerta Rápida sobre Comida y Alimentación (RASFF) que habrían indicado el envío de productos con amitraze hacia los otros estados miembros. «La Comisión Europea no ha emitido ninguna recomendación sobre este tema», según un portavoz del ministro de Agricultura.

Por su parte, el gobierno holandés reveló ayer que un segundo insecticida «moderadamente tóxico» había sido utilizado por la empresa Chickfriend, implicada en el caso del fipronil. El amitraze se utiliza para matar moscas en las granjas bovinas y avícolas. La ministra de Sanidad holandesa, Edith Schippers, reconoció errores de comunicación en la crisis de los huevos en su país y dijo que de haberse evitado, podrían haber permitido «actuar más rápido». La ministra, no obstante, señaló a la compañía Chickfriend como responsable del escándalo de contaminación de los huevos holandeses.

SIN EVIDENCIAS // Además, ha agregado que «no había ninguna evidencia clara desde un principio» sobre que Chickfriend utilizase en sus granjas una sustancia prohibida en animales. Schippers participó en un debate parlamentario de emergencia convocado ayer en plenas vacaciones, por exigencias de decenas de diputados que reclaman explicaciones por la polémica del uso del fipronil en granjas avícolas.

El ministerio de Agricultura francés recordó que los servicios departamentales habían recibido el 8 de agosto órdenes de investigar hasta el 31 de agosto las granjas de gallinas ponedoras para verificar en todo el territorio francés si uno de los productos antiparasitarios señalados en Bélgica y Países Bajos se había utilizado. Y que están obligados tanto a enviar cuestionarios como a inspeccionar sobre el terreno. De 2.900 criaderos, casi 2.200 afirmaban no usar esos productos.

Parte del debate en Holanda también se centró en la compensación a los afectados, después de que se hayan destruido millones de huevos y sacrificado más de 1,5 millones de pollos en el país.

El secretario de Estado confirmó que no habrá compensación alguna para los criadores de pollos, a pesar de las exigencias de la Cámara, que denunciaron el golpe económico recibido por los granjeros holandeses. Sin embargo, hizo hincapié en el que el Gobierno ayudará a las empresas afectadas a prevenir problemas de liquidez, por ejemplo, aplazando el pago de impuestos. La pérdida estimada de unos 200 agricultores holandeses alcanza unos 33 millones de euros.

Durante el debate, los productores avícolas entregaron huevos a los transeúntes delante del Parlamento, en la Haya.