Tan solo tres días después de la inauguración del curso escolar en Francia, 22 centros educativos y un centenar de clases se han visto obligadas a cerrar sus puertas tras confirmarse varios casos de coronavirus entre sus alumnos o profesores. Un balance considerado "bastante bueno" por el ministro de Educación, Jean-Michel Blanquer, a la vista de las más de 60.000 escuelas, colegios e institutos que reabrieron sus puertas el pasado 1 de septiembre.

“El protocolo sanitario funciona”, estimó el responsable de Educación durante una entrevista concedida a la radio Europe 1 este viernes. Según el reglamento sanitario que enmarca esta inédita vuelta a clase, los casos confirmados son inmediatamente aislados y obligados a respetar una estricta cuarentena. “A continuación, las autoridades sanitarias llevan a cabo una investigación para establecer los diferentes contactos, se realizan pruebas y se toman medidas si es necesario”, detalló Jean-Michel Blanquer.

250 ALERTAS DIARIAS POR POSIBLES CONTAGIOS

Siguiendo el protocolo, los establecimientos escolares deben cerrar si detectan más de tres casos de contagio entre su personal y sus alumnos. Sin embargo, dado que “cada caso es único”, las autoridades competentes, “haciendo prueba de discernimiento y flexibilidad”, pueden decretar medidas diferentes, indicó el ministro.

Francia inauguró su curso escolar en pleno rebrote de coronavirus, un contexto que explicaría los cerca de 250 protocolos activados a diario para investigar posibles contagios en centros educativos. Estos casos estarían, según Blanquer, “relacionados con factores externos al colegio, con personas que, a menudo, habrían podido ser contaminadas antes de la vuelta a clase”.

Días antes de la vuelta a clase, sindicatos de profesores y asociaciones de padres mostraron su descontento ante la falta de precisión del protocolo -presentado a menos de una semana del inicio del curso- y los numerosos interrogantes sin responder sobre las ayudas destinadas a las familias que se verán obligadas a quedarse en casa para asistir a sus hijos, no solo en caso de contagio sino también por el cierre de los centros escolares.

FUTURAS AYUDAS PARA FAMILIAS AFECTADAS

Frente a la clausura de 22 centros y más de 100 aulas en los últimos tres días, la cuestión necesita más que nunca una respuesta. Por ahora, el ministro de Educación se conforma con asegurar que de darse “grandes fenómenos [de cierre] en el futuro, activaremos un protocolo que permita ayudar a las familias”. En la misma línea, es decir, sin ofrecer ningún detalle, la ministra de Empleo, Elisabeth Borne, evoca la posibilidad de crear un sistema de prestaciones diarias o de actividad parcial, similar al decretado durante los dos meses de confinamiento para las familias.

“La prioridad es el cuidado de los niños […] encontrar soluciones para que los padres puedan seguir trabajando”, apuntó la ministra en la radio France Info este viernes 4 de septiembre. Dichas soluciones podrían pasar, por ejemplo, por un sistema de cuidado “organizado por las escuelas y los ayuntamientos”. Según la responsable de Empleo, el dispositivo para ayudar a los padres llegará “rápidamente”, mientras tanto, tendrán que conformarse con las promesas del Gobierno.