Los últimos días de vacaciones pueden contarse con los dedos de una mano, el tiempo apremia y el Gobierno de Emmanuel Macron continúa rematando los últimos detalles del protocolo sanitario que enmarcará la vuelta a clase en Francia. El próximo 1 de septiembre, escuelas, colegios e institutos reabrirán sus puertas para recibir a más de 12 millones de estudiantes y más de 800.000 profesores. Con un importante repunte de los rebrotes de covid-19, este inicio de curso tendrá poco de ordinario.

El protocolo, "uno de los más estrictos de Europa (…) permitirá tener una vuelta a clase lo más normal posible", aseguró el ministro de Educación francés, Jean-Michel Blanquer, el miércoles 26 de agosto durante la presentación del nuevo programa escolar. La pauta es clara: todos los trabajadores y personal docente, incluso en preescolar, deberán utilizar obligatoriamente la mascarilla, al igual que todos los alumnos mayores de 11 años. Una medida que reemplaza a la principal norma del primer protocolo sanitario presentado el pasado mes de julio: la distancia física. El espacio de metro y medio entre los estudiantes dejará de ser obligatorio, aunque sí será recomendado en los centros escolares que puedan permitírselo.

Las mascarillas no serán gratuitas para los alumnos

La sistematización del uso de las mascarillas en los recintos escolares no está exenta de polémica. Oposición, sindicatos y asociaciones de padres de alumnos reclaman al Estado que las mascarillas sean distribuidas de manera gratuita a todos los estudiantes, una demanda rechazada por el Gobierno de Macron. Sin embargo, el ministerio de Educación no descarta crear ciertas ayudas -sin dar más detalles- para las familias que se encuentren en una situación precaria.

Las dudas y la incertidumbre se multiplican a medida que se acerca el día 1 de septiembre. El protocolo sanitario, presentado a menos de una semana del comienzo del curso, deja poco margen de maniobra al personal docente que reclamó al ministerio de Educación posponer varios días la vuelta a clase para poder adoptar las medidas pertinentes. La petición fue rechazada.

Interrogantes sobre las zonas comunes

¿Podrán los centros educativos adoptar el protocolo a tiempo? Una cuestión que engrosa la lista de preocupaciones de profesores, padres y alumnos. Este mismo jueves, ante las múltiples dudas expresadas por los sindicatos docentes, el Ministerio se ha comprometido a publicar una serie de recomendaciones sobre la gestión de los comedores, las zonas de recreo, los pasillos o las clases de educación física.

La incertidumbre también planea sobre la gestión de los futuros contagios en los centros educativos. Según la circular ministerial, al menor síntoma de coronavirus y fiebre, los estudiantes deberán quedarse en casa y cumplir con una cuarentena obligatoria. Pero, ¿cómo gestionarán los colegios estos casos? El ministerio de Educación asegura tener las herramientas necesarias para trazar las cadenas de contagio y poner en marcha medidas de aislamiento, una explicación demasiado genérica que no contenta ni a padres ni a profesores.

Lejos de ser definitivo, este protocolo podría verse reforzado en las regiones más afectadas por la epidemia, lo que implicaría una nueva reorganización docente. En esta inédita vuelta a clase, marcada por la incertidumbre y el trabajo extra, el ministerio de Educación ha decidido reconocer el esfuerzo de los directores de los centros educativos con una prima excepcional de 450 euros.