«En las próximas semanas serán abatidos preventivamente 360.000 palmípedos». Es el anuncio del ministro francés de Agricultura, Stéphane Le Foll, que busca tratar de atajar la contaminación de la gripe aviar. Le Foll rebajó así la cifra de 600.000 ánades que había anunciado que se sacrificarían en la región de las Landas, el principal centro de producción de foie gras del país. Las otras 240.000 aves terminarán su ciclo de producción para que puedan ser comercializadas.

La decisión del Gobierno va en la línea del refuerzo que habían solicitado los ganaderos en la lucha contra esta enfermedad, que se declaró en Francia a finales de noviembre. Desde que se detectó la presencia del virus H5N8 en Francia se han sacrificado más de 3 millones de patos, un 8% de la producción nacional.