La confusión y la sucesión de noticias fue constante ayer en el ciclismo, entre casos de coronavirus por confirmar, equipos en cuarentena en un hotel, anuncios de ausencias en las próximas carreras y, parecía inevitable, la primera prueba suspendida. La Strade Bianche, prevista para el sábado, no se disputará y por el mismo camino van la Tirreno Adriático (del 11 al 17) y la Milán-San Remo, un monumento del ciclismo, prevista para el día 21 y que no se deja de correr desde la Segunda Guerra Mundial, en 1945.

Después del anuncio gubernamental que exige puerta cerrada para el deporte en Italia durante el próximo mes, el ciclismo se ha visto abocado a la suspensión. Además del temor a una infección, atemoriza a los equipos que sus corredores queden retenidos en una cuarentena que comprometa su estado de forma para el verano. El caso que tiene al pelotón atenazado es el del equipo UAE, que tiene a sus estrellas Gaviria, Ulissi y Rui Costa entre el hospital y la cuarentena. Confinados en un hotel de Abu Dabi hasta el 14 de marzo también están el equipo francés del Groupama-FDJ, el Cofidis y Gazprom.

El Ag2r galo anunció que no participará en las próximas carreras en suelo italiano, lo que incluye Tirreno-Adriático y Milán-San Remo. El Astana publicó que no competirá hasta el 20 de marzo, en una Volta a Catalunya que se presenta como el primer punto de control que han establecido las escuadras para tomar nuevas decisiones. Antes, Ineos había oficializado que no competirá hasta finales de mes, amparado en el luto por el fallecimiento de su director Nicolas Portal.

Jumbo Visma, Mitchelton Scott, Education First y CCC son otros de los equipos que anunciaron un parón en su actividad y en el horizonte asoma otra carrera mítica, la París-Niza.