L a semana decisiva para comprobar si España será capaz de atajar la expansión del coronavirus antes de volver a la actividad normal está arrojando datos preocupantes. El número de casos diagnosticados se disparó ayer a 2.935 y la media de los últimos siete días a 3.790. Son incrementos del 97% y del 15% respecto a los registrados solo tres días antes, el pasado lunes. Los nubarrones que se ciernen sobre la vuelta al cole y al trabajo son cada vez más oscuros.

El principal protagonista de este empeoramiento está siendo la Comunidad de Madrid. Es ya la autonomía que más casos diagnosticados acumula en los siete días previos (6.438). Ni en los peores momentos de los últimos rebrotes ha superado esta comunidad el umbral de los 6.000.

Madrid está también a la cabeza de los nuevos ingresos hospitalarios, 228 en los últimos siete días, y en las UCI con 9.

En el único parámetro en el que Madrid no está a la cabeza es la incidencia, de 96 infectados por cada 100.000 habitantes diagnosticados en los últimos siete días. Ahí le superan Aragón (258), País Vasco (116) y Navarra (109).

Frente a los nuevos datos, el Gobierno mantiene un mensaje de tranquilidad. «La evolución de la epidemia está siendo lenta y suave», sostuvo Fernando Simón en su comparecencia de los jueves y comparó los datos con los del pasado marzo: «Entonces en solo 10 o 15 días los casos subieron mucho más que ahora en los dos últimos meses. Ahora tenemos un aumento similar al de otros países europeos de nuestro entorno».

También argumenta que el 70% de los infectados son asintomáticos o están asociados a un brote conocido, algo bien distinto a lo ocurrido en marzo.

Los reproches lanzados por las sociedades médico-científicas en el sentido de que las medidas que se están tomando son insuficientes para contener la infección no hacen mella en el Ejecutivo. Una vez superadas las discrepancias con Madrid, Sanidad mantiene que las autonomías están tomando las medidas adecuadas.

El objetivo del Gobierno sigue siendo «mantener la tensión» para «estabilizar y, si es posible, reducir la transmisión». Es clave hacerlo antes de septiembre porque «con la reanudación de la actividad» se prevé un posible repunte. H