La hipótesis de que la agresión cometida hace dos días en la Prefectura de Policía de París, en la que un funcionario mató a cuchilladas a tres agentes, es un atentado de carácter yihadista cobra cada vez más fuerza a la vista de los primeros elementos de la investigación desvelados ayer por el fiscal antiterrorista.

El autor del ataque, Mickaël Harpon, un administrativo de 45 años originario de Martinica, tenía una visión radical del Islam, religión a la que se había convertido hace unos diez años, y estaba en contacto con miembros del movimiento salafista.

Tras analizar los mensajes de móvil enviados a su esposa el día del atentado, Harpon intercambió con ella 33 SMS de tipo religioso que concluían con «Alla Akbar» (Alá es grande) media hora antes de comprar dos cuchillos, uno de cocina de 20 centímetros y otro para abrir ostras.