Después de más de 120 reuniones, Isabel García Tejerina (Valladolid, 1968) sigue obcecada con lograr un gran pacto nacional sobre el agua, que espera alumbrar en verano, que ponga fin a los confrontación entre partidos y territorios.

¿Por qué cree que nunca antes se había alcanzado un pacto de este tipo? Que no haya habido un pacto del agua no significa que en España no se haya hecho política del agua. La han hecho los gobiernos del PP, los del PSOE y seguro que también la UCD. ¿Por qué es ahora especialmente importante? Todo el trabajo hecho en la pasada legislatura nos permite ir más allá y tener más aspiraciones, avanzamos mucho en materia de agua. Es muy importante que el PSOE también quiera estar en el pacto del agua. El agua es importante en nuestra vida diaria, también para el progreso económico, por eso es importante pactar.

Esta voluntad de alcanzar un pacto la habría también en el pasado y aun así no se ha conseguido nunca. ¿Aprieta la sequía? La sequía en España es recurrente. Esta es una sequía dura. 2017 ha sido el año natural más seco desde 1965, pero la sequía no es algo nuevo. Política de agua se ha hecho siempre…

Pero sin acuerdo. Efectivamente. No recuerdo cómo se aprobó la ley del 85, pero hay que atribuírsela al PSOE y es mucho más desarrollada que la de cualquier país de nuestro entorno. El PP hizo la planificación de las cuencas en el 98. Todo el mundo ha aportado algo. Lo que nos dice la experiencia es que del Plan Hidrológico Nacional de 2001 muchas cosas están materializadas, otras no y algunas derogadas. Una infraestructura importante requiere una ley y de apoyos en el Parlamento cuando no hay mayoría absoluta. Pero hay algo más importante, que nos empuja a hacer el pacto, y es que la planificación requiere tiempo y la ejecución de las inversiones importantes requiere mucho más tiempo. Si no estamos de acuerdo con el de enfrente se paralizan y pierde la gente. El cambio climático nos dice además que tenemos que extremar la atención a este recurso.

Hablaba de lo derogado del Plan Hidrológico de 2001, como el trasvase del Ebro. ¿Fue un error aprobarlo sin ese consenso previo? Ese trasvase tuvo un amplio consenso porque el Consejo Nacional del agua, el gran órgano consultivo, estuvo de acuerdo…

Me refería al consenso político. Estaba respaldado por el Consejo Nacional del Agua. ¿Mayor apoyo? Bueno, entre otras cosas, hay que aprender de eso. Sí que es verdad que esta historia reciente de España nos dice que una gran infraestructura puede verse interrumpida. Por eso, acordémosla, para no perder ni el tiempo ni los recursos de los ciudadanos. ¿Hubiera sido mejor de otra manera? La derogación del trasvase es una cesión que se hace desde el Gobierno del PSOE a Catalunya, a ERC. Si ERC no se lo hubiera pedido al PSOE, ¿se hubiera continuado? No lo sé. Pero eso ya no importa, queda en el pasado. Quedémonos con las mejores enseñanzas para ser lo más eficaces posible.

¿Pero el trasvase del Ebro o cualquier otro está en los planes de futuro del Gobierno? ¿Cuál es ahora la postura de su Gobierno con los trasvases? Siempre que haya el acuerdo necesario para que vean la luz. Que sea de todos y que se ponga de manifiesto el beneficio del tipo que sea.

¿Con acuerdo necesario se refiere a mayorías en el Congreso? Efectivamente, mayorías en el Congreso. Donde probablemente haya algunos [trasvases] en los que nos pongamos de acuerdo. En Andalucía, el del Tinto-Odiel-Piedras al Guadalquivir, de 15 hectómetros cúbicos, se va a utilizar para sustituir agua superficial por subterránea y le vamos a quitar presión del agua a Doñana. Es importante desde el punto de vista medioambiental. Nosotros como Gobierno somos partidarios y la Junta de Andalucía también lo es, porque lo hemos hablado en numerosas ocasiones. Estoy segura de que será uno de los elementos que hablaremos con el PSOE, que entendemos que atenderá a la posición de la Junta de Andalucía. Por citar ejemplos, que no queremos ponernos en el final del pacto…

¿Son partidarios de estudiar cada trasvase caso a caso? Efectivamente. El enfoque que yo pretendo dar es que todas las comunidades autónomas estén mejor con un pacto que sin él. Si no somos capaces de dar respuesta a todo, tiempo habrá para revisar, porque la política del agua tiene que estar en permanente mejora y revisión. Si no se puede responder todo, al menos que demos solución a la mayor parte de los problemas de las comunidades. Todas, de uno y otro tipo, con más o menos intensidad, tienen alguna cuestión asociada al agua que resolver.

Después de esas reuniones, ¿dónde ha encontrado más problemas? Nos reunimos con las comunidades autónomas con todo por escribir. Teníamos un buen diagnóstico y mucha información de lo que puede hacer falta. Pero cuando nos sentamos lo hicimos para escuchar. Cada comunidad, independientemente de quien la gobierne, tiene unas necesidades que son reales. Y algunas son más fuertes en algunos aspectos que otros. Hay quién está cumpliendo mejor la directiva marco del agua que otros.

¿Hay territorios que hacen un uso más óptimo del agua que otros? Así es. No se puede decir no a ninguna fuente de agua, pero hay que decir sí a toda posibilidad de eficiencia y de ahorro. En 2002 lanzamos el Plan Nacional de Regadíos con horizonte 2008 y se ha seguido desarrollando. La región que tiene un mayor porcentaje de superficie de regadíos modernizada, casi el 90%, es Murcia. Sin embargo, Valencia todavía tiene una superficie importante por modernizar. Las Comunidades del Levante van por delante en agua reutilizada y eso es una fuente alternativa que puede explorarse en otras comunidades.

¿Cree que tendrán un discurso común? Lo que está claro es que habrá una posición común del Gobierno y del PP, sabiendo que cada región es distinta y por tanto el foco de atención es distinto. ¿Murcia qué nos pide? Nos pide soluciones y nosotros trabajaremos en dar soluciones. Ya hemos hecho mucho. En el Plan Hidrológico de 2001 ya había mucha desalación. Dos millones y medio de españoles beben del trasvase del Tajo-Segura, pero hay muchas cosas en materia de agua que también se pueden hacer dentro de una cuenca, como trabajar las interconexiones y las distintas fuentes alternativas. Quieren soluciones, pero todavía hay infraestructuras importantes que abordar en Murcia, como la presa de las Moreras, que no traerán nueva agua pero sí una mayor eficacia en el uso de ese agua.

Más allá de las medidas que se puedan tomar en política de agua, ¿lograr el acuerdo finalmente sigue siendo una cuestión de solidaridad? Yo creo que si hacemos bien las cosas debe haber agua para todos, y debemos ser solidarios también en el agua. No pensemos que los españoles no lo somos. En España hay varios trasvases de cuencas, y muchas veces no es sabido. Existe más solidaridad. También hay que dar más herramientas para que sea posible, sabiendo que también la cuenca que cede pide tener la prioridad. La cuenca que cede debe ser la prioritaria sobre la que recibe el agua, pero eso ya está contemplado en España.

En el Tajo-Segura, por ejemplo, los trasvases están limitados. Pero el PSOE, que gobierna en la región cedente, ya ha advertido de que no le satisface. ¿Contempla el gobierno poner fin en algún momento al trasvase? Con el acuerdo del Gobierno con las cinco comunidades gobernadas por el PP, ganaba la cuenca cedente y ganaba la que recibía, porque se hacían unas normas técnicas para el trasvase que daban seguridad que hace que no sea arbitrario. Quien recibe el agua ya sabe cuándo va a tenerla y cuándo no va poder tenerla. Por eso lo ponemos como ejemplo de que el agua es un punto de encuentro y no de confrontación. Usted habla de Castilla-La Mancha, pero si habla con la Generalitat Valenciana o con Andalucía, también gobernadas por el PSOE, seguro que su posición es distinta. Entiendo que el debate no es sencillo pero tenemos muchos ámbitos en los que avanzar.

Ha dicho que nuevos trasvases requerirán de consensos. ¿Y los ya existentes? ¿Los someterán a nuevos consensos también? Eso es prejuzgar el final del pacto, el anejo. Hay que trabajarlo. Si todos los partidos estamos en todo el territorio, tenemos que tener la sensibilidad de todo el territorio, no solo la que uno conoce, porque eso nos facilitará mayor entendimiento. También que le quitemos un poco de pasión, que es un tema que levanta pasiones. Hay un margen importante de concienciación y responsabilidad.