Gay Talese, uno de los periodistas norteamericanos más respetados e incónicos no está nada contento. Su prestigio y rigor se tambalean. El reportero de 84 años, capaz de investigar un tema durante meses y meses, por tener el refrendo de ser uno de los grandes y mejor pagados, ha caído en la trampa de no verificar suficientemente las fuentes. Su próximo libro 'El motel del voyeur' que se publicará el próximo 12 de julio nace con la sospecha de que la fuente que utilizaba le ha engañado de medio a medio y así lo ha declarado el periodista que, disgustado, asegura no hará promoción de un libro que se ha revelado, involuntariamente, más de ficción que basado en la realidad.

El libro de Talese sigue la historia de Gerald Foos, el dueño de un hotel en la localidad de Aurora (Colorado) que convenció al periodista que durante años había espiado a los clientes en las habitaciones, les había pillado en sus circunstancias más íntimas para su disfrute personal. Y hay más, incluso había sido testigo de dos asesinatos, en uno de ellos junto a su pareja, sin haber reaccionado públicamente frente a los hechos. Talese publicó un extracto del libro en 'The New Yorker' y había levantado una enorme expectación por sus detalles escabrosos, tanto que Steven Spielberg había ya comprado los derechos cinematográficos sin esperar a la salida del libro. Sin embargo, algunos datos no casaban y muchos periódicos, con el 'Washington Post' (el diario que desveló el Watergate) a la cabeza empezaron a investigar por su cuenta hasta demostrar, que pese a que Talese se había unido a Foos en su labor de 'voyeur' (con ánimo estrictamente periodístico), mucho de lo relatado era falso.

De creer a Foos este habría mantenido su afición como mirón desde los años 60, fecha en la que compró el hotel. También creó una red de pasadizos y conductos de ventilación que permitían el espionaje. Sin embargo, el motel no fue suyo ininterrumpidamente, Foos lo vendió en 1980 y no lo recuperó hasta ocho años después. Este es uno de los datos que Talese no comprobó ya que Foss aseguraba que él siempre había estado al mando de la instalación hotelera. El dueño del motel durante ese periodo ha asegurado que él cerró todo el circuito instalado por Foss a quien ha tildado de "individuo pervertido".

MENTIRAS INVOLUNTARIAS

En una entrevista en 'The Washington Post', un cariacontecido Talese ha declarado; "Foos es un hombre totalmente deshonesto" y ha entonado un público mea culpa: "Quizá no he sido lo bastante bueno, pero jurar, y lo hago de manera inequívoca y sin dobleces que nunca me mentido a sabiendas: para mí todo lo que he contado en este libro era verdad" . Amargo trago para el verterano periodista, que dejó muchos cabos sueltos en la investigación y no mostró su rigor habitual. De ahí que aunque los registros del hotel no coincidieran con las fechas que daba el falsario propietario, Talese siempre encontró una explicación no del todo fundada para creerlas y no poner en cuestión a su única fuente, Foss. Este pícaro se ha reembolsado al parecer una bonita suma por la venta de su diarios íntimos, una de las materias primas del relato.

La polémica está servida. ¿Funcionará el libro en las librerías aun a sabiendas de que los detalles los aspectos más espeluznantes que se cuentan allí han sido inventados por un fabulador aprovechado? La respuesta, después del día 12, fecha en la que el nuevo libro de Talese, su obra menos querida, aparecerá en las librerías.